En la unidad Operativa de la Policía Metropolitana y albergue temporal de la zona Eloy Alfaro, se encuentro Roberto Largo y su familia. Ellos llegaron desde Pedernales luego del terremoto. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Los juguetes regados en el suelo y unos niños divirtiéndose fue el panorama que se observó en la Unidad Operativa de la Policía Metropolitana y albergue temporal de la zona Eloy Alfaro, en el sur de la urbe. A este lugar llegó una familia de Pedernales, en la provincia de Manabí, que perdió sus pertenencias tras el terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter.
Su nombre es Roberto Largo y decidió viajar con sus tres hijos. Todos con discapacidad. El primero de sus hijos, Robert, tiene discapacidad auditiva, de lenguaje y física. Su tercer y cuarto hijos tienen problemas auditivos. Son Juan Carlos y Jordi.
Este padre de familia indicó que sus hijos no asistían a la escuela porque no tenía recursos económicos. Cuando vivía en Pedernales se dedicó a la venta ambulante. Vendía alimentos asados en las calles de esta localidad de la Costa ecuatoriana y que sufrió graves afectaciones tras el movimiento telúrico.
Roberto señaló que la ciudad está devastada y que no piensa volver por el momento. Solicitó ayuda a las personas de buena voluntad para acceder a un trabajo digno y así dar una educación a sus hijos. “Lo único que necesitamos es una mano amiga que nos colabore en esta situación porque perdimos lo poco que teníamos”, expresó.
Roberto llegó en bus y en la terminal de Quitumbe, efectivos de la Policía Metropolitana les direccionaron hacia este albergue.
El alcalde Mauricio Rodas señaló que esta familia contará con todo lo necesario para habitar en este albergue. Además recibirán apoyo psicológico. “Se les brindará equino terapia, alimentación y demás ayudas psicológicas”, señaló. Este hombre relató que él es “padre y madre para sus hijos”, ya que su esposa se alejó de ellos
Esta no es la única familia que llegó a los albergues, otra estuvo en un albergue del norte. Sin embargo ya se fueron a su provincia porque su familiar está libre de peligro. La capacidad inicial de los albergues de la capital alcanza a las 300 personas. Pero se puede ampliar con carpas, sostuvo el alcalde Rodas.
Al momento, esta familia planea pasar unos días en este albergue y luego, ya más calmados, definirán su futuro.