El riesgo del paso en falso

Se equivoca de nuevo el Gobierno cuando pretende cubrir la realidad nacional con una mano de discursos triunfalistas. El último enlace ciudadano dejó esa sensación de lejanía; de que el presidente Rafael Correa no sintoniza el clamor de la gente en las calles y eso, para cualquier líder político, resulta preocupante.

Según el Presidente, las marchas de la semana pasada no lograron desestabilizar su gobierno (léase tumbarlo del poder) y, por lo tanto, terminaron en un rotundo fracaso. Pero si Correa es, de verdad, un político de olfato agudo, estará consciente de que su visión de los hechos, relatada en aquella sabatina, no es la correcta.

Quienes manejan la comunicación política del Gobierno, con los hermanos Alvarado a la cabeza, seguramente consideran que la palabra de un Presidente victorioso vale más que todas las razones acumuladas en el cansancio de amplios sectores de la sociedad. Y por eso acaso insistirán en convencer a la gente que salir a las calles tiene como único fin aupar el golpismo y volver al pasado.

El problema ahora no solo es lo que captan y sienten los ciudadanos, sino también el grave daño que esa propaganda está ocasionando al mismo Gobierno. Si el Presidente no se garantiza un mínimo espacio de autocrítica, puede terminar fuera de foco y con el grave riesgo de dar un paso en falso.

La ofensa que la legisladora Gina Godoy hizo a los manifestantes quiteños -al asociar su movilización con el alcohol- es señal de que algo no funciona en Carondelet. Y ese algo se llama Secretaría de Comunicación.

Los argumentos de Godoy son similares a los que se difundieron en una cadena de la Secom, hace 15 días, con la voz en off de Douglas Argüello. Si la institución vocera del Gobierno es capaz de hacer estos señalamientos, qué se puede pedir de una legisladora.

Es muy difícil que el Presidente replantee su política informativa que en ocho años abonó el terreno para su autoritarismo. Pero si no la revisa, su credibilidad se deteriorará más. Puede ser hora de un cambio de gabinete.

Suplementos digitales