Ricardo Lagos: ‘La política es una lucha por el poder, pero esa lucha debe tener un sentido de país’

Lagos es miembro del Consejo Asesor del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Lagos es miembro del Consejo Asesor del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Lagos es miembro del Consejo Asesor del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

El retorno a la democracia en Chile, tras la dictadura de Augusto Pinochet, fue posible gracias a la concertación de partidos. Ricardo Lagos participó activamente en ese proceso. Posteriormente, entre el 2000 y el 2006, el político ocupó la Presidencia de ese país, logrando un crecimiento de la economía a un ritmo del 6,5%.

Usted está identificado con la centroizquierda. ¿Considera que la izquierda ha perdido espacio y credibilidad en la región?

Los elementos que influyen tienen que ver más con otros factores, independientemente del signo político de quién esté en el Gobierno. En los períodos en los cuales hay una expansión económica, un gobernante se acostumbra a tener una chequera abundante. Y cuando viene el periodo de contracción, nos damos cuenta que la chequera ya no abastece. Yo diría que muchas veces el cambio tiene que ver con las condiciones económicas de cada país. Lo importante es qué lecciones sacamos de cada nuevo ciclo.

En Ecuador se busca una reconciliación entre los sectores de la sociedad civil y el Gobierno. ¿Cual es el rol de cada uno?

En el año 2000 acá había 60% de pobres, hoy hay 30%. En ese año había 30% de indigentes, hoy hay 10%. En 18 años, se bajó la línea de pobreza y ese 30% que ya no es pobre, tiene miedo de volver atrás. Esa población ahora tiene otras demandas, porque es ya un país diferente. Este desplazamiento implica que nos pongamos de acuerdo ante este nuevo desafío. El tema ahora es cómo satisfacer a estos emergentes sectores medios.

Los escándalos de corrupción han salpicado a varios gobiernos. ¿La democracia está en crisis en América Latina?

El tema más complejo que tenemos que analizar es cómo recuperamos la confianza en las instituciones políticas y en los sistemas democráticos.

Voy a decir algo que no es popular: la política hay que financiarla con fondos porque la democracia tiene costos. Aprendamos de otros países, establezcamos límites al gasto electoral, modalidades para tener igualdad de posibilidades, financiamiento público para elegir y ser elegidos. Y a partir de eso, luchar contra la corrupción. Aquí hay una evidente pérdida de confianza hacia las élites gobernantes, tanto de izquierda como de derecha.

¿La política en la región se limita a una lucha sin tregua por el poder?

La política es una lucha por el poder. Pero esa lucha por el poder debe tener un sentido de país. Debe haber una idea que mueve a la acción. El drama es cuando no hay ideas que mueven a la acción y se busca el poder por el oropel. El poder por sí solo. Y esa es la peor de las corrupciones.

¿Cree que la corrupción es un mal encarnizado en la clase política latinoamericana?

Lo vería más general. No solo la clase política, porque también hay empresarios que se han lucrado de eso. Acá nos está faltando un cierto principio de ética. El que participa en actividad pública está para servir y no para servirse. Y cuando participa en lo público, es porque tiene un motivo para ello. De lo contrario es la principal forma de corrupción.

¿Su lectura sobre la transición que vive Ecuador?

Hay un gobierno con un signo distinto que tiene que enfrentar problemas diferentes a los que hubo hace 10 años. El reto es cómo este gobierno da cuenta de estos sectores emergentes, que no están consolidados y se encuentran en un proceso de mutación, de la pobreza a la clase media.

Su trayectoria 

Fundó en 1987 el Partido por la Democracia de Chile. También fue ministro de Educación y de Obras Públicas en su país.

En la ONU. Es miembro del Consejo Asesor del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas.

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