La infanta Cristina, hermana del rey Felipe VI, se sentará en el banquillo de los acusados por blanqueo de capitales y delito fiscal, según publicó hoy, lunes 23 de junio de 2014, el diario El Mundo.
El juez, José Castro, dará a conocer “previsiblemente este miércoles” el auto con que cerrará la instrucción del caso, según dijo hoy.
Los delitos por los que se acusará a la infanta Cristina comportan penas de hasta once años de cárcel, seis por blanqueo de capitales y cinco por la cooperación en los delitos fiscales cometidos por su esposo, Iñaki Urdangarín, en 2007 y 2008, según El Mundo. En esos dos años Urdangarín defraudó 182.000 euros y 155.000, respectivamente.
La defensa de la infanta Cristina ve “difícil” que se siente finalmente en el banquillo de los acusados, ya que ni la fiscalía ni la abogacía del estado presentarán una acusación contra ella. La fiscalía prepara su recurso para defender una vez más la inocencia de la hija del rey Juan Carlos, sexta en la línea sucesoria después de la proclamación de Felipe VI.
Castro acusará a la infanta Cristina de blanqueo de capitales al haber dispuesto y gastado el dinero público -cerca de un millón de euros- desviado a la empresa familiar Aizoon, que compartía al 50% con Urdangarín.
La infanta Cristina utilizó parte de esos fondos para gastos personales, que nada tenían que ver con la actividad de la sociedad. La hija del rey Juan Carlos gastó parte de este dinero, 3 millones de euros, en remodelar su vivienda de Barcelona, así como en obras de arte, clases de salsa y merengue y cumpleaños de sus hijos.
El juez Castro imputó por primera vez a la infanta Cristina el 3 de abril de 2013, al considerar que había permitido de forma consciente la utilización de su condición de familia real para facilitar los negocios de su esposo y su socio, Diego Torres. Urdangarín y Torres se adjudicaron contratos millonarios con los gobiernos regionales de Baleares, Valencia, Cataluña, ayuntamientos y empresas privadas.
La hija del rey Juan Carlos declaró como imputada ante el juez el pasado 8 de febrero, convirtiéndose en la primera persona de la familia real española en prestar declaración en un juzgado como imputada.
La infanta Cristina se encuentra apartada de los actos oficiales de la familia real desde finales de 2011, cuando comenzaron las investigaciones judiciales de los negocios de su esposo. En el mensaje de navidad de ese año, el rey Juan Carlos afirmó que “la justicia es igual para todos”. Desde el año pasado la infanta vive con su familia en Ginebra (Suiza), adonde hoy se trasladó la reina Sofía. La infanta Cristina fue la gran ausente de los actos de proclamación de su hermano como rey Felipe VI.
La infanta y Urdangarín se sienten “los chivos expiatorios de la corrupción en España y que les va a tocar pagar los platos rotos… de todos”, según relató un amigo de la pareja a la revista Vanity Fair. La monarquía ha visto bajar sus índices de popularidad debido a este caso y a la cacería de elefantes en Botswana del rey Juan Carlos en 2012 en un momento de grave crisis económica en el paí