La reubicación de la refinería en El Aromo incrementó los costos

Parte del acueducto La Esperanza - El Aromo, que llevará agua al sitio. Foto: archivo / EL COMERCIO

Parte del acueducto La Esperanza - El Aromo, que llevará agua al sitio. Foto: archivo / EL COMERCIO

Parte del acueducto La Esperanza - El Aromo, que llevará agua al sitio.
Foto: archivo / EL COMERCIO

En el 2007 el Gobierno anterior decidió cambiar la ubicación de la nueva refinería para Manabí, de la zona de Jaramijó a la de El Aromo. Y con ello elevó los costos del proyecto debido a la falta de facilidades con las que cuenta el sitio.

La decisión de levantar el complejo en este sitio está actualmente supeditada al interés de la inversión privada.

“El compromiso del Gobierno del presidente Lenín Moreno es ejecutar el proyecto Refinería de Manabí en El Aromo, siempre que haya un inversionista interesado en realizar el proyecto en este lugar”, precisó, vía correo electrónico, el Ministerio de Hidrocarburos.

La Cartera informó que el recorrido realizado el 30 de enero pasado a inversionistas tuvo como objetivo mostrar las condiciones del lugar. Consideró que “hubo buena acogida”. Sin embargo, aclaró que el Gobierno está dispuesto a considerar otras propuestas, incluso de menor capacidad, “siempre y cuando den un horizonte de 10 años de suficiencia energética para el país”.

La idea de construir un nuevo complejo petroquímico en el país surgió en el Gobierno de Lucio Gutiérrez. Pero al inicio se pensó hacerlo en Jaramijó, según el Decreto 2751, firmado el 15 de abril del 2005 por el entonces Jefe de Estado.

El sitio fue escogido debido a su proximidad con el mar -a menos de dos kilómetros- y a sus facilidades portuarias para la movilidad de embarcaciones de gran calado.

Pero en el 2007, el gobierno de Rafael Correa decidió cambiar el sitio de la planta hacia El Aromo. El argumento fue que el complejo podía generar un impacto económico y ambiental negativo en Jaramijó, cuyos habitantes viven de la pesca.

El Aromo, sin embargo supone varios desafíos para el proyecto petroquímico que busca procesar 300 000 barriles diarios de petróleo.

En primer lugar está la falta de facilidades marítimas. El Aromo está a 15 kilómetros de la Costa, lo que obligará a construir facilidades para transportar insumos al complejo.

Segundo, El Aromo está lejos de las zonas de abastecimiento de crudo y derivados.

Los estudios que sirvieron para avanzar con la puesta en marcha del proyecto contemplaban el uso del crudo de 20 grados de densidad que proveería la estatal petrolera venezolana Pdvsa.

No obstante, el Ministerio de Hidrocarburos anunció en enero pasado que la planta usará el crudo ecuatoriano del ITT que es de 14 grados de densidad; es decir, más pesado que el venezolano.

Para el analista petrolero Edmundo Brown, esto significa que se tendrán que hacer nuevos estudios o ajustar los existentes como los de visualización, conceptualización, ingeniería básica, de detalle y las licencias de los procesos.

También será necesario construir un oleoducto que conecte El Aromo con Quinindé, en Esmeraldas, por donde pasan los oleoductos de crudo y así abastecer a la planta de refinación (ver gráfico).

Para los derivados se tendrá que disponer de un poliducto que se conecte desde El Aromo hasta la central de almacenamiento de gas en Monteverde, en la provincia del Guayas.

Según el Ministerio de Hidrocarburos, estas obras adicionales demandarán de una inversión de USD 3 000 millones.

La falta de una conexión directa con el mar demandará de otras facilidades logísticas. El exalcalde de Manta, Jaime Estrada, explica que, además, se debe prever la construcción de un puerto marítimo que permita la salida de los residuos. Estrada señala que el atracadero fluvial de Puerto Atún, que la empresa privada construyó en Jaramijó, es una alternativa.

Estas instalaciones cuentan con 200 metros lineales de un muro de hormigón rompeolas ubicados a 4 kilómetros de la Costa, que es importante para la llegada de embarcaciones.

Según Raúl Paladines, directivo del grupo PH, a cargo de Puerto Atún, el atracadero fue considerado dentro del proyecto de la refinería en El Aromo, pero solo para el arribo y descarga de la maquinaria y herramientas para la construcción del complejo.

En El Aromo tampoco existía suficiente agua para suministrar este recurso a la planta, por lo que se construyó un acueducto que tiene 94 kilómetros de longitud y que para su operación utiliza el agua de la represa La Esperanza, ubicada en el cantón Bolívar.

Para la provisión de servicios de energía eléctrica también se necesitarán inversiones adicionales. Hasta ahora se ha construido una subestación eléctrica de 69 kilovatios para operar las bombas del acueducto La Esperanza.

Según los planes del Gobierno, la estación se ampliará conforme a las necesidades de electricidad que se fijen para la operación de la refinería.

Las autoridades manabitas tienen pocas esperanzas de que la obra se concrete y por eso plantean alternativas. El alcalde encargado de Manta, Eduardo Velásquez, sugiere que los terrenos se devuelvan a la ciudad para impulsar la construcción de una zona franca para el libre comercio.

Mientras que el alcalde de Jaramijó, Bawer Bailón, recordó que en su cantón se creó un frente pro refinería, que en el 2005 empujó la iniciativa de construir el complejo. Ahora, ellos piden que en caso de que se revea la situación de El Aromo, por los cambios, se considere nuevamente a Jaramijó para levantar la obra.

La inversión que se ha hecho hasta el momento en el complejo alcanza USD 1 520 millones (incluido impuestos). La cifra contempla: el acueducto, estudios, adquisición de tierras, movimiento de tierras...

En contexto

A fines del mes pasado los empresarios de 30 firmas extranjeras, de países como Corea, EE.UU., México, etc., conocieron detalles del proyecto para construir la Refinería del Pacífico. El Gobierno prevé adjudicar a fines de mayo el proyecto del complejo refinador.

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