Los empleados de Air Comet, en huelga desde este 1 de diciembre, no cubren las plazas necesarias para cumplir los servicios mínimos porque muchas de las personas asignadas para trabajar durante el paro no se presentan.
“A mí me han tenido que prestar dinero para venir a trabajar”, dice Rafael Asín, delegado de la Unión Sindical Obrera. Durante tres horas cargó él solo las maletas del vuelo Madrid-Quito-Guayaquil del pasado martes, finalmente la compañía puso a tres personas más de refuerzo.
El vuelo salió con tres horas y media de retraso. Estaba programado para las 14:00. Según Asín, la aeronave presentaba un golpe y se requería la presencia de personal de la empresa Airbus para que evaluara la situación. Esto fue desmentido por Air Comet, cuyo portavoz, Ángel del Río, asegura que no se comunicó de ningún golpe o desperfecto en el avión y que el retraso se debe exclusivamente a la huelga. La facturación también fue demorada. Las extensas filas han sido la tónica de esta semana en la Terminal 1 del aeropuerto de Barajas, debido al escaso personal dispuesto en los ‘counters’.
Por el momento, los retrasos son la consecuencia más visible de esta huelga, que hasta el cierre de esta edición, y según el comité de huelga, se mantendría hasta hoy, 4 de diciembre, y se retomará el lunes 7 de forma indefinida.
Los empleados reclaman el pago de sus salarios adeudados que van de dos a seis meses. “La situación de los trabajadores es pésima, caótica.
Hay gente que no viene a trabajar porque ya no tiene dinero”, comenta Asín, uno de los 640 empleados de la aerolínea. El propietario de Air Comet, Gerardo Díaz Ferrán, también presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), les ha ofrecido disculpas públicamente. De su lado, fuentes de la empresa confirmaron a EL COMERCIO que no tuvieron respuesta de los sindicatos frente a una oferta relacionada con un “intercambio de ventas”. Los empleados se oponen también a un ERE (expediente de regulación de empleo). Frente a esto no descartan la venta de Air Comet ni su cierre.