Madrid. AFP
El lugar de reposo de los restos del poeta Federico García Lorca, fusilado en 1936, sigue siendo un misterio. El viernes se anunció el fin de las excavaciones, donde supuestamente estaban los despojos, “con la evidencia científica de que nunca hubo enterramientos”. “Se ha cribado el terreno palmo a palmo, sin que haya aparecido ni un solo hueso, ni ropa, ni casquillos de bala”, afirmó en rueda de prensa la consejera (ministra regional) de Justicia andaluza, Begoña Álvarez.
El informe de los arqueólogos que han abierto varias fosas en un parque de Alfacar, cerca de Granada (Andalucía sur), donde supuestamente estaba enterrado el poeta andaluz, concluye que el lugar no podía contener fosas por la escasa distancia entre la superficie de tierra y el lecho de roca. Esta era de solo 40 cm, cuando una fosa debería estar como mínimo a 1,5 m de profundidad.
“No han aparecido restos óseos humanos ni indicios algunos pertenecientes a fosas de la Guerra Civil (1936-1939). Sorprende la escasa potencia de niveles sedimentarios (donde se localizarían hipotéticamente fosas o restos humanos), aflorando los niveles geológicos a escasa profundidad”, prosigue el informe de los arqueólogos, dirigidos por Francisco Carrión Méndez. En toda el área excavada, se presume, nunca se realizaron fosas de enterramiento ni han existido restos óseos humanos.
“Hemos situado la historia con los argumentos de la ciencia y no de la especulación… los trabajos se han llevado a cabo con respeto a la intimidad de los familiares”, dijo Álvarez.
La excavación de las eventuales fosas comenzó el 2 de noviembre y se extendió por mes y medio sobre una superficie de 267,75 metros cuadrados, sin que se haya encontrado ningún resto humano. La búsqueda se basó en testimonios orales que afirmaban que en este lugar habían sido enterrados García Lorca, dos anarquistas y un maestro de escuela, tras ser fusilados por franquistas en agosto de 1936, un mes después del inicio de la Guerra Civil.