Redacción Negocios
La relación entre Petroamazonas y las comunidades que viven asentadas alrededor del campo petrolero Pañacocha ha sido tensa desde 2007, pese a los procesos de consulta que la compañía dice haber realizado. Según el Ministerio del Ambiente, “pese a la oposición de algunos grupos de interés que impidieron la instalación de las oficinas de consulta respectivas, a partir de octubre de 2008, se inició una nueva fase de consultas”.
La entidad asegura que estos fueron espacios para que los pobladores de la zona manifiesten sus inquietudes respecto al proyecto. Uno de los pedidos de la Federación de Organizaciones de la Nacionalidad Kichwa era que se respeten sus territorios ancestrales y la biodiversidad en los alrededores de la Reserva Cuyabeno y el Bosque Protector Pañacocha.
Wálter Baquero, uno de los líderes de Pañacocha, explicaba que los indígenas no se oponen a la explotación petrolera estatal ni al ingreso de maquinaria.
“Queremos que lo hagan con respeto a la naturaleza y a la gente. No es correcto que ingresen con bombas, balas y con un flagrante atropello a los derechos humanos”.
En octubre del año pasado, se dieron fuertes enfrentamientos entre cinco comunidades y la fuerza pública. Los pobladores reclamaban la determinación de las indemnizaciones y compensaciones sociales, previo a la operación del campo. Un año más tarde, Petroamazonas afirma que han llegado a acuerdos con las comunidades para la ejecución del proyecto.