Buenos Aires. DPA
‘Esto se lo dedico a Mercedes Sosa, que en paz descanse. Ella es una voz que no debe morir nunca y los jóvenes deben escucharla”, decía René Pérez, Residente, de Calle 13, tras recibir el Latin Grammy al disco del año.
El líder del irreverente grupo no solo hablaba de música. Corroboraba que seguiría alzando la bandera de la denuncia que la cantante fallecida enarboló en su vida. En su blog, Residente escribió: “Su voz me conectó con todo lo que la escuela no me quiso enseñar. Me reveló todo lo que me trataron de esconder. Le inyectó vitaminas a una colonia deshidratada, a mi isla Puerto Rico. (…)”.
“Con su voz -dijo- la bandera estadounidense se desaparece y mi bandera parece que está sola. ¡Mercedes hace magia! (…) Fue una mujer que se atrevió a hablar como ningún hombre pudo. Su voz es tan real como las necesidades latinoamericanas”. 2009 fue el año en el que Calle 13 se consagró como portavoz de la rebelión latina, porque las letras sobre la desigualdad, la injusticia, el sexo desenfadado, la violencia, la hipocresía de los poderosos, sonaron en todos los rincones de Latinoamérica.
El cantante de mirada desafiante tiene claro su cometido: “Me dicen que la política no se mezcla con la música y para mí eso es como no mezclar las papitas con la sal”. Y si bien los sonidos urbanos de Calle 13 con letras rebeldes e incómodas parecen estar en las antípodas de la cálida voz de la tucumana, antes de su muerte grabaron un clásico de Armando Tejada Gómez, Canción para un niño en la calle, e hicieron una conmovedora versión para ‘Cantora’, el último disco de la argentina.
Hacía tiempo que un grupo latinoamericano no gozaba de tanta popularidad en todo el subcontinente como Calle 13. Residente lo sabe. Y en la entrega de los MTV latino, en la que ofició de presentador, se hizo eco de los conflictos de la región con camisetas con frases como: “Chávez nominado mejor artista pop”, “México nunca olvida 2/oct/68”, “Viva Puerto Rico libre”,
“Micheletti rima con Pinochetti” o “Uribe paramilitar”. Y a pesar de la incomodidad de las autoridades y las censuras, también la industria reconoció al grupo con cinco Latin Grammy.
El colombiano Juanes también considera que la música y el compromiso van de la mano y, a pesar de los insultos y las amenazas, no desistió y cumplió su sueño en el multitudinario concierto por la paz en La Habana, en la Plaza de la Revolución. “Fue el concierto más grande de mi vida: más de un millón de personas, bajo un sol tenaz, siete horas de música, casi 40 grados. Y lo mejor fue que todos quedaron contentos: los cubanos del Régimen, pero también los del exilio. Todos vieron que no era una manipulación política de ningún lado.
Era la música sonando por la paz y la libertad”, dijo el cantante a un medio de su país. Juanes cantó en Cuba con Miguel Bosé, Jovanotti, Luis E. Aute, Olga Tañón, Juan Fernando Velasco, Silvio Rodríguez, entre otros.
Semanas de críticas desde sectores del exilio cubano en Miami se vivieron antes del concierto. Acusaban a los artistas de apoyar al gobierno de Raúl Castro. Pero Juanes consideró que su iniciativa era “una manera de empezar a tejer lazos de unión” entre la Isla y el exilio en Miami.
“Lo que ha sucedido es necesario. Es parte de todo el proceso. En mi opinión esas cosas deben cambiar en el futuro y este concierto quiere decir precisamente eso, que somos hermanos, aunque pensemos distinto”, dijo Juanes a Juventud Rebelde. Su sueño ahora es repetir el concierto en otros lugares emblemáticos, como la frontera entre México y EE.UU.