En San Mateo, los pescadores guardan sus lanchas en sus casas

Las lanchas de fibra de vidrio son transportadas a las casas de sus dueños en San Mateo, Manta. Foto: EL COMERCIO

Las lanchas de fibra de vidrio son transportadas a las casas de sus dueños en San Mateo, Manta. Foto: EL COMERCIO

Las lanchas de fibra de vidrio son transportadas a las casas de sus dueños en San Mateo, Manta. Foto: EL COMERCIO

Pese a que San Mateo, enclave marino ubicado en el suroeste de Manta se construye un puerto pesquero artesanal, los propietarios de lanchas de fibra de vidrio aún guardan sus embarcaciones cerca a sus casas o si tienen espacios lo hacen en el patio de sus inmuebles.

El sistema de transportación es sencillo. Los propietarios de cinco Jeeps de la década de los 70 ofrecen ese servicio. Son aquellos automotores 4x4 con carrocería de aluminio los que, con su tracción a las cuatro ruedas, pueden ingresar hacia el filo de playa y remolcarlos hacia donde el cliente lo solicite.

Fabián López es dueño de uno de esos vehículos. Hemos adaptado un remolque de estructura metálica con ruedas, ahí ubicamos la lancha y la movilizamos. En algunos casos las llevamos hacia los patios donde viven los pescadores; en otros, simplemente las desembarcamos al filo de las veredas o en terrenos baldíos cerca de las residencias de los propietarios, asegura Sánchez.

Según el remolcador López, los pescadores son desconfiados por eso no dejan sus lanchas en el muelle en construcción, ellos dicen que se les roban el combustible y parte de las artes de pesca.

“Este trabajo se repite todos los días, es una tradición. Antes dejábamos las lanchas en la parte más alta de la playa donde la marea no llegaba, las remolcábamos a puro músculo”, cuenta Fabián Anchundia, un pescador del lugar. Era muy divertido, cuando llegábamos de pesca la embarcación quedaba sobre la arena, luego colocábamos unos troncos de madera cilíndricos en la base de la lancha y con la ayuda de un cabo la jalábamos, participaban hombres y mujeres en esa maniobra, recuerda Anchundia.

Desde hace 8 años ese trabajo lo realizan con los vehículos 4x4. Es más rápido y cuesta entre USD 15 y 20 por remolcada, cuando se quiere llevar de regreso a la playa la embarcación se paga el mismo precio, asegura Sánchez. Una de las ventajas de tener el bote cerca a casa es que podemos realizarle un mantenimiento más riguroso, pues al no tener que bajar a la playa aprovechamos todo el tiempo en casa, hasta nos ayudan nuestros hijos y esposas, asegura Anchundia.​

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