Angie Vergara posa junto a su Chevrolet San Remo. El auto, de 1985, dejó de funcionar y ahora la Reina de Quito se movilizará en bus. Foto: Archivo/ ELCOMERCIO
El Chevrolet San Remo de 1985 de la Reina de Quito, Angie Vergara, no funciona más. El 31 de diciembre del 2015 lo parqueó unos minutos en La Michelena, en donde recibió una donación, y no arrancó para avanzar a ver los años viejos en la Amazonas. Buscó ayuda de su chaperona Rita Salazar; llegó y lo empujaron, intentaron hacer que se prendiera en segunda. Pero no.
“La situación me pone triste, me limita full para cumplir con mis actividades. Tengo muchas reuniones con posibles auspiciantes. A veces me entregan donaciones y debo cargarlas, a varias citas no alcanzo a llegar. Mi San Remo ya quedó como reliquia”.
¿Cómo se moviliza ahora? En bus, Trole, Ecovía y a pie. Casi todos los días acude a la Fundación Reina de Quito, ubicada muy cerca del Mercado de Iñaquito. Así que a varias cuadras de su casa, en el Balcón del Valle, toma un bus Alfa. De ahí avanza hasta la parada La Alameda, por la zona del Registro Civil, y toma un Trolebús, que le deja cerca.
Estos días, en las noches, de 18:00 a 21:00, acude a rendir exámenes en la Facultad e Administración de la U. Central, para pasar el semestre. Y a la salida avanza hasta la av. Patria, allí toma un bus Condorvall y al bajar debe buscar un taxi ruta para llegar a Luluncoto. A veces su tío la recoge.
En la edición 2015 de la elección Reina de Quito, por primera vez en 38 años, no se entregó un automóvil como premio a la ganadora del certamen de belleza. Así lo indica Sofía Arteta, directora ejecutiva de la Fundación Reina de Quito, que existe desde 1984. Ella no sabe exactamente por qué no se pudo entregar este estímulo, pero presume que fue por razones económicas.
Angie Vergara cuenta que dos días antes de la elección, las candidatas al reinado de la capital supieron que la ganadora no recibiría un vehículo. “Todas estuvimos sorprendidas, nos dijeron que las concesionarias no quisieron ofrecer un auto por la crisis”.
Eso lo ratifica Freddy Lobato, de la Unidad Patronato San José, a cargo de la organización del certamen. Él cuenta que año tras año, las concesionarias de autos ofrecían ese premio. Que hicieron la gestión, que les dijeron que “sus matrices en otros países no autorizaban por la situación económica; otra distribuidora de varias marcas les pidió esperar y así lo hicieron hasta tres semanas, pero no fue posible”.
Al igual que otros años, comentó Lobato, la corte y la Reina recibieron otros premios como membresías anuales a un gimnasio, tratamientos de belleza y Angie una beca para estudiar una carrera en la Universidad San Francisco de Quito.
Sofía Arteta, de la Fundación Reina de Quito, contó que están interesadas en contactar a concesionarias de vehículos y también a empresas que alquilen autos para llegar a una suerte de convenio, para que movilicen a Angie Vergara a cambio de ser los auspiciantes oficiales de todos sus eventos.
“Para la Reina de Quito no es un lujo contar con un auto; lo necesita para acudir a eventos y reuniones, en los que gestiona auspicio para sostener el Centro de Niños con síndrome de Down Aprendiendo a vivir”, contó Arteta.