El regreso de Christian Lara y Enrique Vera a Liga de Quito es un acierto que conviene a mucha gente. Primero, al DT Jorge Fossati, que recompone de manera sólida su zona de volantes. Con el ‘Rambert’ en la cancha, Patricio Urrutia tiene mucha más libertad de acción. Con el ‘Diablito’ aumentó la riqueza de recursos ofensivos. Gracias a ellos, Fossati podrá dejar atrás la huella talla 47 de Edgardo Bauza, que hasta hace poco le resultaba sumamente enorme.
Luego, el beneficiado es Esteban Paz, quien supera el mal paso que significó traer a elementos fallidos como Reinaldo Navia y el ‘Chengue’ Morales. Obtener un título internacional gracias a este estratégico recambio y clasificarse a otro subirá sus bonos dentro de la dirigencia nacional.
Asimismo, la Tricolor puede recuperar a un jugador como Lara, que no fue convocado cuando dejó de aparecer en la televisión. En un cuerpo técnico que no tiene otra manera de seguir a los jugadores que no sea mediante los noticieros (a Cristian Noboa lo descubrieron bastante tarde, no lo nieguen), que Lara se muestre en Ecuador facilita mucho su seguimiento.