La Aduana del Ecuador estableció las directrices para el etiquetado fiscal de licores. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
La Aduana del Ecuador estableció las directrices para el etiquetado fiscal de whisky, ron, tequila y vodka por parte de los importadores y distribuidores. Estas permitirán el cumplimiento de la disposición transitoria primera de la Regulación sobre etiquetas fiscales y control de importación de licores, emitida por la entidad el pasado 6 de abril del 2015.
Desde marzo pasado, según Fabián Soriano, director general del Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae), se viene aplicando el mecanismo de etiquetas fiscales con el fin de reducir el contrabando de licores. Este producto, de hecho, está entre los cinco que más ingresan de forma ilegal al país.
Sumadas las aprehensiones del 2013 y 2014 el Senae ha capturado un total de USD 2 850 594,30 en licores. Mientras que en lo que va del 2015 se ha aprehendido USD 674 344,61 en licores.
La etiqueta fiscal consiste en una especie de sello impreso (con diversas seguridades), pegado sobre la tapa de la botella, que contiene un código de barras. Para ello, previo a la llegada de la mercadería, el importador debe presentar en su declaración datos sobre la marca, el tipo de licor, el Registro Único del Contribuyente del Comprador (RUC), entre otros.
La etiqueta fiscal la entrega la Aduana a los importadores, para la posterior colocación en las botellas. Cada una cuesta USD 0,25. Los agentes se encargan de coordinar los procesos y controlar que se usen todas y se peguen correctamente (las etiquetas no son reutilizables).
Desde octubre del 2015 las etiquetas fiscales serán obligatorias para todos los licores que ingresen al país y que pertenezcan a los cuatro tipos antes mencionados. Hasta esa fecha se deberán vender las botellas del stock anterior o solicitar a la Aduana la colocación de las etiquetas fiscales en las mismas.
Para esto último los distribuidores o importadores deberán presentar a la entidad la solicitud (Este proceso se hace una sola vez). La Senae cuenta con toda la documentación de los inventarios para determinar que se trata de botellas que ingresaron legalmente, dijo Soriano, y que no se podría regularizar producto de contrabando.
Asegura que esto es para los negocios que tienen altos volúmenes de producto. Los negocios pequeños, dijo el directivo, tienen una alta rotación de las botellas por lo que para la fecha en la que le etiqueta fiscal se vuelva obligatoria ya no tendrían el stock anterior. “Se hicieron análisis sobre esto”.
La Regulación sobre etiquetas fiscales y control de importación de licores contiene una transitoria que da un plazo de 180 días desde su entrada en vigencia para que todos los licores que se comercialicen en el país cuenten con las etiquetas, es decir, desde el 9 de octubre del 2015. A partir de esa fecha ya no se podrán vender si no tienen el sello y se iniciarán los operativos de control.
Para poner en marcha la transitoria, la Aduana dio las directrices de colocación de etiquetas a través del boletín de comercio exterior 276, del 15 de julio del 2015, elaborado por la Dirección de Mejora Continua y Normativa.
En estas directrices se establece que la información que deberán entregar a la Aduana serán las mismas que para las botellas que apenas llegan al país. Entre estos datos se encuentran:
– RUC del Importador: Registro Único de Contribuyente del importador.
– Nombre del Importador: Razón social del importador (en letras mayúsculas).
– Nombre del Producto
– Marca
– Tipo
– Volumen: Contenido.
– Código (Global Trade Item Number / Universal Product Code): Identificador del producto.
– Stock en cajas: Cantidad de cajas del producto a etiquetar.
-Stock en unidades: Cantidad de unidades totales del producto a etiquetar.
– Tipo de Etiquetas: Propia (hecha por el importador) o externa (de la empresa que envía el producto).
El importador debe tomar en cuenta que solo los licores que constan en el “catálogo de descripciones mínimas” (lo encuentra en www.aduana.gob.ec) pueden recibir etiqueta fiscal.
Edy Castillo, importador, comercializador y presidente de la pre Asociación de Comercializadores de Licor de Quito, señaló que conoció ya de este proceso y que los distribuidores se contactarán con la Aduana para manejar el tema.
La ciudadanía deben tomar en cuenta la información de las etiquetas porque esto les permitirá conocer si su producto fue importado de forma regular al país y si no tiene ninguna adulteración.
Para ello la Aduana desarrollo la aplicación “Verifícame”, que es gratuita. El usuario la puede descargar en su celular y al tomar una foto del código QR de la etiqueta de la botella (código de barras) se obtiene la información de la misma. Esta se debe comprobar con la que aparece la botella.
Por ejemplo, si al pasar el lector aparece información de un tipo de licor y es otro significa que hay una irregularidad. La aplicación permite al usuario denunciar el hecho.
El código QR también determina si el producto tiene registro sanitario, es decir, se puede comprobar si es para el consumo humano.
Si el sistema detecta que la etiqueta ha sido adulterada, falsificada o que la información no es la correcta, se registrará una alerta en el sistema; con esta alerta se efectuarán operativos de control en los lugares donde se identifiquen estas anomalías. Esta y todas las acciones que se realicen con las etiquetas son anónimas.