Reforma tributaria

Como en ocasiones anteriores, estamos a las puertas de que sea aprobada una nueva reforma tributaria. Ley de Redistribución del Gasto Social, si no es modificada por la Asamblea Nacional antes del 25 de noviembre, entrará en vigencia por el ministerio de la ley tal y como fue elaborada por el ejecutivo.

Aunque este proyecto de ley prevé financiar con las utilidades de la banca el incremento del Bono de Desarrollo Humano (BDH) de USD 35 a 50, las autoridades del régimen consideran que los recursos generados sean canalizados a otras fuentes de gasto. No obstante, esto está por verse. Los seis impuestos que pretenden aplicarse a las entidades financieras generarían en el 2012 cerca de USD 214 millones. Si se compara con el incremento requerido, este valor no alcanza. El aumento del bono a USD 50 implica un costo de USD 340 millones adicionales. Se requieren en total de USD 1 096 millones al año.

Es cierto, como se sostiene generalmente, que los impuestos cumplen con dos objetivos fundamentales: financiar las actividades del Estado y redistribuir la riqueza. Sin embargo, esto funciona cuando la política tributaria se ciñe a los criterios de eficiencia y equidad. El primero se refiere al efecto del impuesto sobre el bienestar de los agentes. El segundo hace relación al grado de justicia del tributo.

En el caso de esta décima reforma tributaria no solo que se deja lado los principios de eficiencia y equidad sino que hay una clara intención discriminatoria. Puede ocurrir que para 2013 la renta de las entidades bancarias caiga y la recaudación no sea la que se ha previsto por parte del régimen.

Los agentes económicos generalmente buscan estabilidad, reglas claras y una presión fiscal que no ahogue sus operaciones. Esto se estaría limitando con la nueva reforma. No han tomado en cuenta los efectos indirectos de las medidas impositivas. Una de esas es la reducción del crédito al sector productivo.

Los banqueros saben que la ampliación de las actividades y montos de crédito siempre deben estar en relación con su patrimonio. El patrimonio depende a su vez de las utilidades. Por este motivo, si se mete mano en las utilidades del sistema financiero es lógico pensar que habrá un recorte para 2013 en las operaciones de crédito.

Un aspecto que me preocupa es el efecto de estas medidas a mediano plazo. El Ecuador sufrió no hace mucho una grave crisis bancaria. Es cierto que los factores fueron otros pero, no obstante, debe pensarse no tanto en debilitar a la banca, hay que fortalecerla ya que la salud de esta se va a ver reflejada en la fortaleza de otros sectores de la economía. Por este motivo, aunque las autoridades tienen la potestad de fijar tributos, estos deben determinarse en términos de eficiencia y equidad.

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