La suerte de la Refinería del Pacífico todavía depende del dragón chino

En el 2014 hubo un avance del 57% en la construcción del acueducto Represa La Esperanza-RDP (norte de Manabí) para dotar de agua a la refinería. Foto: Patricio Ramos/ EL COMERCIO

En el 2014 hubo un avance del 57% en la construcción del acueducto Represa La Esperanza-RDP (norte de Manabí) para dotar de agua a la refinería. Foto: Patricio Ramos/ EL COMERCIO

En el 2014 hubo un avance del 57% en la construcción del acueducto Represa La Esperanza-RDP (norte de Manabí) para dotar de agua a la refinería. Foto: Patricio Ramos/ EL COMERCIO

En el año chino de la cabra, la ejecución de la Refinería del Pacífico camina por una cuesta empinada. Es incierto su financiamiento por parte del dragón asiático y la compra del terreno donde se levantarán las instalaciones enfrentó líos judiciales.

La Refinería (RDP) es una obra que promueve el régimen desde el 2007 para el procesamiento de 200 000 barriles diarios de petróleo.

Hasta el momento, la RDP alcanzó un 11,7% de avance global de las obras. Las principales son el movimiento de tierras y la construcción de la vía Montecristi-El Aromo. Se gastaron USD 1 200 millones (El 81% fue invertido por Petroecuador).

“El 2014 registramos un 57% de avance en la construcción del acueducto represa La Esperanza-RDP para dotar de agua a la refinería y una inversión social de más de 19 millones en programas en el área de influencia”, según el gerente del proyecto Bismarck Andrade, durante su rendición de cuentas, el 20 de febrero.

La adecuación de los terrenos estuvo a cargo de la empresa Odebrecht y costó USD 235 millones. Aunque la remoción de tierras está concluida, la Refinería tuvo un primer traspié legal por la compra de 1 347,50 hectáreas, por las cuales pagó USD 6 737 500. Según mediciones de técnicos del Instituto Geográfico Militar, los terrenos en realidad tenían una superficie de 1 000,31 ha. Es decir que hubo una diferencia de 347,19 ha, valoradas en USD 1 735 950. Para recuperar el dinero, el 3 de octubre del 2013 la RDP planteó un juicio ante el juez XII de lo Civil de Montecristi, exigiendo la devolución de 1,7 millones que pagó en exceso al vendedor Carlos G.

Este litigio es mencionado en el informe de auditoría DR5-DPM-AE-0051-2014, a los estados financieros de la RDP, de la Contraloría. En varias ocasiones la Refinería requirió al vendedor la devolución de los valores pagados en exceso por la vía administrativa sin obtener ninguna respuesta, por lo cual acudió a los tribunales. Este Diario pidió a las autoridades de la RDP una versión al respecto pero no obtuvo ninguna contestación.

La inversión se redujo

El ministro de Hidrocarburos, Pedro Merizalde, ratificó que Petroecuador posee el 51% del paquete accionario de la RDP y que Pdvsa sigue con el 49%, pese a que el año pasado el vicepresidente Jorge Glas y el ministro de Sectores Estratégicos, Rafael Poveda, indicaron que CNPC de China ingresaría con el 30% de acciones.

Merizalde destacó que las negociaciones con la estatal china y con los bancos de ese país han tardado porque es un importante monto de inversión y toma su tiempo. El crédito previsto es de USD 7 000 millones a los que se suman 2 000 más de la estatal ecuatoriana.

Como consecuencia del bajo precio del petróleo -agregó-hubo una reducción del monto que Petroecuador debía asignar al proyecto este año, pero no dio una cifra.“En un inicio la Refinería fue un proyecto que no estuvo diseñado para hacerlo con fondos estatales directos”, recordó Merizalde.

Sin embargo, de acuerdo con documentos oficiales de Petroecuador, el recorte alcanza a USD 502 millones. En el plan plurianual 2014-2017, Petroecuador tenía programado invertir en este año USD 602 millones para la Refinería. Pero en el presupuesto de Petroecuador aprobado para este 2015 solo se destinan USD 100 millones para ese proyecto.

La obra completa, incluida la refinería, prevé terminarse para fines del 2018 e inicios del 2019. No obstante, el financiamiento todavía es incierto.

Algunos indicios dan cuenta del estancamiento. En julio del 2014, integrantes del Centro de Derechos Económicos y Sociales CDES y otras organizaciones ecuatorianas enviaron una carta al director Ejecutivo del Banco Industrial y Comercial de China (ICBC), Jiang Jianqing, para expresarle sus preocupaciones sobre el proyecto. El ICBC no respondió oficialmente la carta. Pero en una llamada posterior al Departamento de Responsabilidad Corporativa del Banco, el funcionario que contestó pidió que se le reenviara la misiva y posteriormente, de manera extra oficial, informó que la entidad no iba a financiar el proyecto, según Paulina Garzón, que participó en esos contactos. Ella es directora de la Iniciativa para las Inversiones Sustentables China-América Latina, con sede en Washington.

Para la especialista, esta noticia no fue una sorpresa. Las razones son claras: el precio internacional del petróleo está a la baja y Venezuela no tiene capacidad de aportar con el porcentaje de petróleo inicialmente convenido para que la Refinería sea viable.

En octubre pasado en la nación asiática se realizó un foro de la Academia China de Ciencias Sociales, que asesora a ese gobierno en su relación con Latinoamérica. Allí se comentó que ese régimen analiza si le conviene más construir refinerías en su país y solo importar el crudo, en lugar de construirlas lejos.

“Tomando en cuenta lo herméticas que son las autoridades chinas, me atrevo a decir que si ya en un foro se habló abiertamente de esa problemática quiere decir que el Gobierno chino está meditando seriamente si financia o no la refinería”, contó a este Diario el periodista Rafael Valdez, quien estuvo en ese encuentro y trabaja en Beijing para la Revista China Today.

Sin embargo, para el analista Walter Spurrier la concreción del crédito está más cercana, precisamente por la caída de los precios del crudo, pero depende de ciertas condiciones. El aporte económico del Gobierno ecuatoriano se haría a través de bancos chinos, si lo pide el socio estratégico, Petrochina. Esta pretendería llegar al 49% de participación, lo cual significa negociar el retiro de Pdvsa; aumentar la producción petrolera, siendo la mejor opción el eje norte-sur Sacha-Auca, bloques 60 y 61, a contratarse con una empresa china. “Si no se superan estos obstáculos, el proyecto no marcha”, recalcó Spurrier.

Para Felipe Hurtado, director académico de Cordes, es muy complejo que el país obtenga un crédito de 7 000 millones. “Ya había dificultades cuando el precio del petróleo era de 100 dólares; si en ese momento no se pudo obtener financiamiento no hay nada que haga pensar que con un precio de USD 50, en este momento, China tenga interés en hacer esa inversión”.

Este año, el Gobierno asiático se comprometió a entregar 7 500 millones en créditos durante los encuentros con la delegación ecuatoriana, encabezada por el presidente Rafael Correa. Los mandatarios de ambas naciones declararon en Pekín que en el 2015 crearán una “asociación estratégica” y uno de los elementos que el presidente Xi Jinping enfatizó fue “el incremento de la confianza mutua”. Por eso, la comitiva regresó muy optimista asegurando que los financiamientos chinos serían claves para balancear las finanzas. El hecho de que el presidente Correa esté al frente de la Cumbre de Estados Americanos y del Caribe (Celac) es relevante para China y eso juega a su favor, destaca Garzón.

En contexto

Aunque las obras preliminares de la planta de refinación ya están concluidas, el financiamiento del complejo aún no se concreta. La caída de los precios del petróleo y otros factores externos gravitan en la aprobación del préstamo que se espera de un banco de China.

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