En los pasillos y aulas de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), hubo tranquilidad la tarde de este miércoles 2 de marzo del 2016. El Rector encargado de ese centro de estudios de posgrado, Jaime Breilh, dijo a EL COMERCIO que priorizará el diálogo ante los anuncios del presidente de la República, Rafael Correa, de retirar el subsidio a esa universidad.
“No voy a interpretar esas declaraciones ni voy a dar una opinión subjetiva sobre aquello. La Universidad, lo primero que va a hacer es mantener la postura que ha mantenido hasta ahora. Es una institución digna, con un colectivo cohesionado que defiende su autonomía, pensamiento libre…”, manifestó desde su oficina.
Para el funcionario, la UASB no es perseguida. “Estamos en una posición de firmeza, pero de diálogo y cuando hablo de aquello quiere decir que la universidad y su colectivo respaldan mi gestión en ese sentido. Con esto quiero decir que hay sectores en la contraparte de las autoridades del país, de Educación Superior, que sí están dispuestas a conversar y respetar nuestra autonomía y no imponernos un esquema de universidad ni de organización”.
Ante la situación que se vive actualmente en relación con el dinero asignado, Breilh manifestó que la UASB está dispuesta a hacer un análisis de la calidad de gasto e inversiones realizadas en la institución. Y, una vez que se hayan sincerado esas cifras, se esperará una decisión final con optimismo porque “si hay sensatez no habrá recortes” y así no se afectarán los costos para los alumnos.
Actualmente, la Universidad tiene un presupuesto USD 27 millones. De esa cantidad, USD 17 millones corresponden a los montos públicos y otros USD 10 millones son de autogestión. Breilh enfatizó que la Universidad Andina Simón Bolívar no trabaja únicamente con las élites y que se debe corregir esa “falsa información”.
“No trabajamos con élites de Quito, sino con una amplia gama de cuadros profesionales del país de nivel social modesto. Para eso, cubrimos con un importante sistema de becas esa situación”, indicó el Rector. También cuestionó que, de cortarse las asignaciones del Gobierno, no habrá ofertas de posgrado en el país y este quedará condenado a “no tener desarrollo de la educación superior. Eso sería un suicidio”.