Redacción Ibarra
Etelvina Torres no se aparta de la puerta de su casa, en la av. El Retorno, en el oriente de Ibarra. Sobre la acera colocó dos fundas grandes con basura.
Ella teme que el carro recolector no pasé en el horario previsto. “Luego, los perros riegan la basura por todos lados. Ya ha ocurrido antes”, dice la ama de casa, mientras mira otra vez hacia el fondo de la avenida.
La preocupación de esta mujer es comprensible. El Municipio de Ibarra atraviesa un serio faltante de dinero, que le impide invertir en obras urgentes. Una de estas es la renovación de los recolectores. Así lo reconoció el alcalde Jorge Martínez, de Alianza País.
El Cabildo ibarreño tiene nueve recolectores y dos camiones de mediana carga. Según un informe técnico, el estado mecánico de tres recolectores empeoró en el último mes.
Para Silvia Castro, directora de Higiene del Cabildo, los vehículos trabajan a un ritmo forzado. “Necesitamos, por lo menos, 12 recolectores y ahora solo uno está en óptimas condiciones”.
Para Martínez, la solución de este problema formará parte de un plan integral a largo plazo. En los próximos tres años, se gestionarán USD 80 millones para las obras de gran envergadura que necesita la capital imbabureña. La renovación de los recolectores forma parte de ese plan.
Los desperfectos en el parque automotor no son el único problema relacionado con la recolección y acopio de la basura.
En la actualidad, el colapsado relleno sanitario de Socapamba recibe más de 120 toneladas diarias de desechos. En este mes, esa cifra aumenta en un 25%, por las fiestas de Navidad y fin de año.
Transcurren 15 minutos y Torres aún espera que pase el recolector por la calle de su casa. “Creo que ya no vino, no queda otra que meter otra vez las fundas a la casa. Es vergonzoso”.
No todos los vecinos hacen eso, algunos sacan las fundas y ya no las vuelven a guardar.
Marisela Erazo reconoce que una vez que saca la basura a la calle, la deja allí. “Es responsabilidad del Municipio limpiar las vías. Si no hay recolección, para qué publican los horarios”.
El malestar es casi general a lo largo de la avenida El Retorno. Los fines de semana es peor.