La mendicidad infantil en Navidad subía y las vías del país estaban llenas de niños indígenas. Ellos rogaban a los choferes que les regalen ropa, caramelos o comida. Otros emigraban a las ciudades para pedir caridad en centros comerciales y restaurantes.
Las fundaciones y entidades públicas realizaban, por separado, la entrega de golosinas y juguetes. Pese a ello, la gente seguía en las vías. Hace tres años, el Instituto Nacional del Niño y la Familia (Infa) impulsó una campaña para erradicar este éxodo.
En un inicio el plan se llamaba Por una Navidad sin Mendicidad. Ahora su nombre es Rayuela Social, por un Ecuador sin mendicidad.
En 2007 atendió a 118 427 personas y en 2008 a 149 352. El programa se ejecuta en dos fases: la concienciación ciudadana para que no se done en las calles sino en 200 puntos de solidaridad.
La segunda parte es el abordaje en calles, vías y comunidades expulsoras de Cotopaxi y Chimborazo. Cuando se localiza a alguien en mendicidad se le hace un diagnóstico de su situación.
En 2009, la meta fue beneficiar a 200 000 personas. A través de testimonios, crónicas y reportajes, EL COMERCIO realizó un seguimiento del programa.
ENTREVISTA a Alberto Luna Tobar
ex arzobispo de Cuenca y líder social
Urge acuerdo entre los medios y el Gobierno Nacional
Redacción Cuenca
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Quiteño, 86 años de edad. Articulista para periódicos y revistas sobre temas de religión, política, ideologías… Fue un personaje determinante en la vida de la Iglesia Católica. Durante 19 años ocupó el Arzobispado de Cuenca y desde ese espacio apoyó varias protestas.
¿Cuál es su punto de vista sobre la sanción a dos medios de comunicación y la polémica por la nueva ley de Comunicación que se discute en la Asamblea ?
Considero que las sanciones fueron excesivas, terminantes y duras. El nuevo proyecto de ley confirma que detrás hay un plan de defensa ante hipótesis de posibles ataques de parte del poder contrario al constituido. En sí mismo cobra un significado cuestionable porque no es el que todos aspiramos que tenga una nueva Ley de Comunicación.
Según su criterio, ¿a qué aspira el ecuatoriano?
A que se construya con la unión de mentalidades y actitudes de todos los que componen una organización democrática, popular y natural, con plena libertad de expresión. Lo más importante es que no esté dominada ni sujeta a voluntades particulares.
¿Qué buscan los mentalizadores del actual proyecto?
El Gobierno pretende tener el dominio absoluto en todo lo que signifique la comunicación.
¿Cuál sería el objetivo?
Es claro: que se comunique solo lo que el Poder Ejecutivo desea y postula, y nada de lo que pueda afectar -de cualquier manera- a sus planes políticos.
¿Hay la necesidad de un acuerdo político? ¿Cuáles pudieran ser los componentes de ese acuerdo?
Es necesario que en el sentido de lo sano y justo del término político se consiga la comunión de los medios de Comunicación con el Gobierno.
¿Están en riesgo la comunicación y la libertad de expresión en el país?
La comunicación es un elemento natural y cultural en cualquier sociedad, que está regulada por la naturaleza de ese mismo pueblo. La comunicación va con el ser natural del pueblo.
¿Los medios de comunicación y los representantes del Gobierno deben ceder posiciones?
Sí. Pero, no creo que los medios hayan llegado a un estado -ni imaginadamente- de una situación en la que la comunicación esté dominada por una abierta oposición a todo lo que signifique el poder constituido.
¿Qué deben hacer los representantes del Gobierno?
El Gobierno debe mantener una noble serenidad dando libertad para que fluya la comunicación, ese podría ser el inicio de un gran acuerdo político entre estos dos espacios de poder.
¿Qué debe marcar ese acuerdo político?
El compromiso inviolable de las partes de asumir con responsabilidad el trabajo y el cambio de actitud. Dejar de lado ofensas y la falta de respeto.
¿Cómo ha visto el papel de los medios?
Hay unos pocos medios de Comunicación que son ciegos (contrarios o favorables) al Gobierno. Para esos casos es necesaria la independencia absoluta en el trabajo diario que realizan.
¿Cómo analiza la posición férrea del presidente Rafael Correa contra los medios?
Es una autodefensa. Teme no ser comprendido por sus acciones. ¿Por qué temerá? es una cuestión de profundo análisis que debería hacerse del presidente Correa. Con su actitud permanente a la defensiva quiere evitar las desavenencias, pero también pierde ese equilibrio que necesita para gobernar.
¿El presidente Correa teme que el pueblo ecuatoriano le quite el apoyo que ha tenido desde el inicio de su gestión?
Sí. La historia del país tiene a su favor esa fuerza que tienen los medios para llegar al pueblo, pero también los procesos de la caída de los gobernantes.
¿Hay un interés por silenciar a los medios? Al menos eso es lo que denuncian los políticos de oposición.
Desde el poder se pretende callarlos o cerrarlos, como la estrategia para obligarles a favorecer las pretensiones de un Gobierno.
Entonces, ¿cómo debería entenderse el cambio de actitud?
Dejar que la prensa se manifieste con absoluta y noble libertad. Eso no impide que si hubiera una información o un medio que atenta contra la verdad tenga la posibilidad de defenderse a través de los mismos medios.
¿Cómo podría eso ayudar a los ecuatorianos?
Favorecería al respeto natural de la libertad de expresión que tiene la sociedad. A conseguir mayor tranquilidad y paz para los ecuatorianos. Pero además, cuando el pueblo ve actuando al Gobierno noble y generosamente le respeta mucho más.
¿Ese respeto está en peligro por la pretensión del cierre de la radio La Voz de Arutam? El Conatel canceló la frecuencia que le permite operar…
Sí. Para las poblaciones de la nacionalidad shuar esa emisora es el único medio de comunicación y por eso hay un contenido crítico, fuerte de parte de ellos, por cierto muy justo porque hay que saber lo que es no tener más medios de comunicación y que ese esté tan afectado. Es una decisión que debe ser revisada.