Redacción Quito
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Los cortes de luz alteran el ritmo de vida en las calles, los negocios y los hogares. El uso de plantas de energía eléctrica y la extensión de horarios de trabajo son algunas de las alternativas para suplir las pérdidas económicas que generan los apagones.
Los racionamientos
El cronograma de cortes de luz en la capital está disponible en la página de la Empresa Eléctrica (www.eeq.com.ec).
Durante los cortes de luz la congestión se incrementa, especialmente en las vías principales. Los conductores no respetan los cruces peatonales.
Los retrasos y las pérdidas económicas son más acentuados en los pequeños negocios cuya labor productiva depende la energía eléctrica.
Los clientes y usuarios de bancos y oficinas de servicios públicos y privados, que no disponen de un generador eléctrico, se acumulan durante los racionamientos eléctricos.Antes de los cortes, el negocio de Internet y copias de Martha Sánchez atendía de 08:00 a 19:00. El racionamiento eléctrico, en la av. 6 de Diciembre y Roca, llega a partir de las11:00 hasta las 14:00. Para recuperar ese tiempo, Sánchez decidió mantener su local abierto hasta las 21:00. “Aun así no se recupera el dinero perdido”.
Por eso, Juan Carlos Zabala prefirió asumir las pérdidas de su cafetería, en la Veintimilla y Juan León Mera, donde también ofrece cabinas telefónicas, Internet y copias. Durante esta semana, el comerciante llega a su local unos minutos antes de que llegue la luz: a las 10:30.
Zabala dijo que unos pocos clientes se habituaron al horario y llegan luego de esa hora. “Otros clientes que no pueden esperar van a buscar otros locales”.
Ayer, por ejemplo, luego de 30 minutos de restituido el servicio eléctrico solo una persona entró al local de Zabala a pedir una cabina. “Antes de los apagones facturaba USD 400. Ahora no llego ni a los USD 250 diarios”.
Pero los racionamientos no solo afectaron a la economía del negocio. Una pantalla y un CPU resultaron dañados por el corte del flujo eléctrico. Lo mismo le pasó al computador de Guillermo Molineros, en su casa en el sector de Las Orquídeas. El arreglo de la máquina le costó USD 250, pero lo que más lamenta el joven estudiante es la pérdida de la información.
Molineros asegura que los cortes de luz coinciden en la mañana cuando estudia en un instituto preuniversitario de La Mariscal para la carrera de Medicina y en la tarde tampoco hay energía eléctrica en su casa. “Por eso, toca hacer las tareas luego de las 17:00 y desvelarse”.
En las aulas del mismo instituto, David Segovia dice que por la falta de luz tiene que forzar la vista para leer. “Las clases sin material audiovisual también se tornan aburridas. Además, el ruido de los generadores de la zona dificulta la concentración”.
Pero la utilización de una planta eléctrica fue la única alternativa para no perder clientes en el local de copias que atiende Henry Morales, en la 6 de Diciembre y Veintimilla.
Morales asegura que las pérdidas económicas llegan al 80%. Por eso, el negocio atiende con un generador desde hace una semana. “Antes incluso debía entrar más tarde a trabajar porque en la mañana no había luz”.
En las calles también se siente el efecto de los apagones. Wilson Oña conduce un taxi desde hace dos años y a pesar de que ya está acostumbrado al tránsito de la ciudad dijo que con los apagones el estrés de los pasajeros aumenta. Para él, lo oportuno es distraer la atención de sus pasajeros con conversaciones sobre distintos temas.
Oña aseguró que la mayoría de personas que se suben al taxi se desesperan cuando las calles están congestionadas. “A veces se desquitan con nosotros, que no tenemos la culpa ni de los apagones ni del tránsito”.
Oña vive en El Inca, en el norte de la urbe. Allí su esposa, Rocío Sandoval. atiende una despensa. Para que los alimentos no se dañen, Sandoval compró un pequeño generador de energía. El chofer aseguró que el molestoso ruido del aparato ya se está volviendo parte de la cotidianidad de su esposa.
En la calle Legarda, en San Pedro Claver, vive Patricio Núñez, quien optó por comprar reguladores de energía para su hogar. En ellos conecta todos sus electrodomésticos para que no sufran daños durante los cortes.
A él lo que más le preocupa es el daño que pueden sufrir sus electrodomésticos. “A una prima se le quemaron algunos aparatos porque la luz regresó con demasiada carga”.