El presidente Rafael Correa apoyó la postura del Gobierno cubano sobre Orlando Zapata, el disidente que falleció el 24 de febrero, en una huelga de hambre de 85 días. El hombre era opositor al régimen de Fidel Castro.
“El propio Raúl Castro me informó que Zapata no era un preso político sino un delincuente, acusado de varios delitos. Y se hace una propaganda inmensa con la muer te de un disidente preso”.
Esta semana el presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula Da Silva, fue duramente criticado por no responder a un grupo disidente cubano que le pidió interceder por la vida de Zapata. Correa dijo ayer que lo haría, pero con ciertas condiciones.
“Cuba es un país soberano y nosotros siempre estaremos dispuestos a intermediar por resolver conflictos, más aún humanitarios. Trataremos de interceder por todos, pero así como hablamos de los supuestos presos políticos en Cuba, por qué no hablamos de los cinco presos en Miami”, dijo Correa en relación a los cubanos presos hace 12 años. El Mercurio, GDA