Allí hay maquinaria pesada y personal que limpia la parte baja del talud, que se derrumbó el 2 de mayo. Cada cierto tiempo todavía caen pequeñas cantidades de tierra, que son producto del trabajo manual de 10 obreros. Ellos retiran material del muro, en la parte baja de la mesa que se elaboró para quitar peso a la loma.
A las 11:30, dos motociclistas cruzaron por ahí sin medir el riesgo al que se exponían. Aunque se trata de pequeñas cantidades de tierra, estas podrían lastimarlos.
Luego, un ciclista también invadió la vía. Arriba estaban tres obreros colgados en la peña. Unas vigas sembradas en el piso los sostenían, a través de un arnés y una gruesa cuerda. Sus compañeros vigilaban desde arriba y alertaron del paso del ciclista. Ellos detuvieron su labor hasta que cruce.
Los trabajadores usan además chalecos retrorreflectivos, cascos, gafas, mascarillas y guantes. Su ropa está diseñada para trabajos de este tipo. Mauricio Almeida, funcionario de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) explicó que estos objetos son fundamentales para la seguridad.
En esta semana hay 25 obreros trabajando en la zona. Se distribuyen entre el equipo de emergencia y el que hace la limpieza manual del talud. “Esto debe ser hecho a mano, hasta que se elija el diseño definitivo”, dijo Almeida.
Otro grupo, con una máquina perforadora, hacía huecos para ver el estado de la tierra, los pozos y los ojos de agua. En otra zona, los obreros continuaban con el ‘peinado’ del talud. Allí revisan la vegetación y evaluaban si hay que retirar árboles, que corren el riesgo de caer con el viento.
Mientras los obreros trabajaban, ayer cientos de carros circulaban por el carril oriental, que permaneció cerrado por dos semanas. Pese a que Vladimir González, de la Secretaría de Movilidad, explicó que el transporte pesado está prohibido circular por la zona , este Diario constató que por allí cruzaron grandes tanqueros de combustible, volquetas, camiones y otros vehículos pesados.
Según el Municipio, por este tramo circulan cada día 40 000 carros. Es decir, 20 000 en cada sentido. Según la Epmmop se restringe el paso de vehículos pesados que pudieran causar vibración y generar más deslaves.
En el lugar hay policías, pero ellos ayer, a las 12:00, no impidieron el paso de transporte pesado. Algunos choferes irrespetan el límite de velocidad establecido que es de 40km/h.
González dijo que estaba al tanto de lo ocurrido, pero explicó que en ese caso se trata de un incumplimiento de la prohibición por parte de los conductores. “Pero esa tarea está a cargo de la Policía de Tránsito, porque es el brazo operativo de las decisiones sobre tránsito que toma el Municipio”.
En el lugar había personal de la Epmmop, monitoreando el flujo vehicular, pero aclararon que su cargo no tenía atribución para impedir el paso de los vehículos.
El coronel Marcelo Cevallos, comandante del Grupo de Tránsito, dijo que los controles al norte y al sur del deslave impiden el paso de vehículos pesados. “Es posible que un vehículo haya escapado al control policial, pero eso no quiere decir que esté abierto para todos los vehículos pesados”.
El operativo se mantendrá mientras se aplica la solución definitiva al problema del talud. Almeida agregó que la limpieza manual durará siete días.