El bosque nublado del noroccidente, los páramos andinos en las faldas del Pichincha y los valles agrícolas y ganaderos del suroccidente del Distrito se pueden disfrutar mejor a bordo de una bicicleta.
Para este verano, la Empresa Pública Metropolitana Quito Turismo habilitó tres rutas que amplían las actividades recreativas y de aventura para quienes gustan del ciclismo de montaña.
El propósito es promover el turismo comunitario y resaltar la historia, costumbres y gastronomía de los vecinos que viven en las parroquias de Nono y Lloa. Ellos, a través de las juntas parroquiales, están comprometidos a hacer de la visita de turistas nacionales y extranjeros una experiencia única e inolvidable.
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Quito Turismo trabaja en la señalización e instalación de la infraestructura en paraderos y miradores. Por eso, es importante respetar las señales y cuidar del mobiliario y de los servicios.
Un buen estado físico y una bicicleta con un excelente estado mecánico son importantes para completar estos trayectos que atraviesan montañas, quebradas y valles, muy cerca de la ciudad.
En las rutas hacia Alaspungo y Palmira hay circulación de vehículos motorizados, por ello es recomendable conducir a una velocidad moderada y tomando las precauciones necesarias.
Nono- Alaspungo
Hacia los caminos de los yumbos
A la parroquia de Nono se llega desde la av. Mariscal Sucre, tomando el desvío por el nuevo intercambiador de la calle Machala. Los fines de semana, en Nono se pueden disfrutar de platos típicos y porciones de choclos, habas y queso.
En el parque central se habilitó un espacio para dejar los vehículos. Desde este punto, la ruta es completamente cicleable, con un 90% de ascenso, por un camino principalmente de lastre.
La ruta empieza por la vía a Tandayapa y en el primer desvío hay letreros que indican el camino a Alaspungo. Tras el primer ascenso, desde la vía se advierte una vista panorámica del valle agrícola y ganadero de Nono; y si el cielo está despejado también se ve la cara norte del Guagua Pichincha.
Helechos, orquídeas, ocho especies de colibríes y otros animales y plantas propias de la zona se ven en todo el trayecto. Luego de aproximadamente cuatro horas de puro pedaleo, los comuneros de Alaspungo reciben a los turistas. En una pequeña hostería comunitaria se puede reponer energías con agua de sunfo y la comida hecha en casa.
Desde allí también se puede descender a pie, a través de los caminos de los yumbos, hasta una cascada natural. Una cámara fotográfica es indispensable.
De regreso a Nono, la mayor parte del camino es en descenso y menos exigente.
Datos de la ruta
26 km es el recorrido.
Tiempo promedio: cuatro horas.
Nivel físico: medio.
El Cinto-Torouco-Cruz Loma
La histórica ruta libertaria
La ruta atraviesa el escenario de la Batalla de Pichincha, que enfrentó a las tropas libertarias comandadas por el Mariscal Sucre contra las fuerzas realistas de la Corona española.
La denominada ruta de Los Libertadores se inicia en El Cinto, junto a la entrada al parque ecológico Chilibulo-Huayrapungo. Allí hay una playa de estacionamiento donde se puede parquear los vehículos.
En el lugar también se puede visitar la gruta y el templo de la Virgen de El Cinto, desde donde se observa el valle de Lloa.
Luego de desembarcar las bicicletas es importante realizar un buen estiramiento y calentamiento porque es una de las rutas más exigentes.
El recorrido tiene dos tramos. El primero, de 10 km, llega hasta el sector de Torouco. El nivel físico y técnico es bajo. En el trayecto se puede apreciar una vista panorámica del sur de la ciudad. En un día despejado también se pueden ver los picos del Cotopaxi, Antisana y Cayambe, en la cordillera andina oriental.
Para ciclistas con un alto nivel físico, la ruta continúa hacia el sector de Cruz Loma. Son 11 km más de ascenso por un camino de tierra y lastre, que recorre los páramos andinos y pajonales del sector. Para este trayecto es necesario llevar ropa abrigada y rompevientos porque el clima es muy variable en esta zona.
Lloa-Palmira
Un apacible entorno natural
A la parroquia de Lloa se llega por la calle Angamarca, en la Mena Dos, en el suroccidente. Frente al parque central se encuentra una antigua iglesia y un punto de información turística. El clima es generalmente templado, pero en las tardes la neblina es frecuente. En las tiendas y restaurantes cercanos se prepara hornado, caldo de gallina, cuyes, habas y choclos con queso.
Según Jacinto Jijón y Caamaño, Lloa es una mezcla de vocablos Cara y Colorado que significa planicie en lo alto.
La ruta empieza por un corto tramo asfaltado rumbo al sur. Le sigue un camino de tierra, en el cual hay que circular con precaución por la cantidad de piedras y lastre suelto en el camino.
El trayecto de ida, en un 60% es bajada. Este trazado aumenta la sensación de vértigo y emoción, si se desciende con una técnica apropiada y a una velocidad moderada. En un día despejado, desde el mirador ecológico de Urauco se puede ver y fotografiar la cara sur del Guagua Pichincha.
En el camino hay varios paraderos en los que se puede practicar pesca deportiva. Las truchas fritas se preparan ahí mismo. El camino sigue entre sembríos y quebradas que atraviesan la zona hasta el sector de Palmira.
Los fines de semana, los turistas pueden ingresar a las piscinas termales que emanan de unos manantiales naturales.
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