Seguridad, movilidad, gestión administrativa y ambiente son áreas consideradas polémicas por el grado de incidencia que tienen en la población. A esto se suma el grado de complejidad de cada uno.
Problema: La seguridad no llega para todos
La seguridad es uno de los temas que preocupa entre los habitantes del Distrito Metropolitano. Aunque se crearon comités de seguridad ciudadana, construcción de Unidades de Policía Comunitaria (UPC), dotación de equipos a los policías… la percepción de inseguridad se mantiene.
Pese a la construcción de nuevas UPC en la capital, las denuncias de tres tipos de actos delictivos no han disminuido: hurtos, asaltos y robos a domicilios. La organización Marcha Blanca analizó, en el 2012, que en las 270 UPC que en ese entonces había en Quito, faltaban policías. Ahora, con un menor número, se asegura que esto ya no ocurre. Incluso, el Ministerio de Seguridad publicita la infraestructura entregada.
La tasa de seguridad, según datos proporcionados en el 2012 por EM Seguridad, es de USD 7 millones. Este dinero se invierte en alarmas comunitarias, sistema de mantenimiento preventivo y dotación de combustible de motos y vehículos… Al Municipio le toca trabajar más en prevención.
Punto de vista: Más operatividad en seguridad
Ricardo Camacho, analista en seguridad indica que los gobiernos descentralizados o municipales tienen grandes retos. La seguridad no debe ser vista como una cooperación con la Policía en compra de motos, gasolina o pago de insumos. Esa responsabilidad la cumple el Estado. Se habla de ojos de águila, alarmas comunitarias y comités barriales. La idea es buena pero se volvieron burócratas.
El Municipio debe organizar a la comunidad, generar empleo, recuperar el espacio público, trabajar en la prevención de drogas; los nuevos retos están en estos temas. También se debe hacer una reingeniería a la Policía Metropolitana y a los Agentes Civiles de Tránsito.
Problema: Una movilidad que no mejora
La movilidad es uno de los mayores problemas en el Distrito. El tiempo de viaje de las personas se duplica en días de alta congestión vehicular. Hace cinco años, trasladarse desde el puente dos de la autopista Rumiñahui hasta el coliseo del mismo nombre tomaba entre 20 y 25 minutos. Ahora, en promedio, llega hasta 40 minutos.
Esta situación está relacionada con un creciente parque automotor con unos 430 000 vehículos en el Distrito, con un incremento anual del 10%. Se suma un sistema vial que ya no permite la construcción de más vías de descongestión.
Como una de las soluciones, esta administración municipal optó, desde el 3 de mayo del 2010, por el pico y placa, pero que cada vez pierde efectividad por la cantidad de vehículos en las calles y las avenidas.
Hay pendientes como contar con un sistema de semaforización que se modifique en función del flujo vehicular. No se concreta el control de la velocidad y está en proceso consolidar el trabajo de los 1 263 agentes de tránsito.
Punto de vista: El pico y placa se puede eliminar
Cristóbal Buendía, del Observatorio de Movilidad considera que hay que reorganizar las frecuencias del transporte público, en el hipercentro existe sobreoferta de buses. Otro reto es la implementación definitiva de los semáforos integrados. Con su funcionamiento se aliviará el tráfico en un 20 a 23%.
Un tercer reto es redefinir el proyecto Metro. Hay que cuantificar, antes de iniciar la construcción, las tarifas, coberturas y la inversión versus a otros proyectos. También, hay que replantear el pico y placa. En vez de ser una medida restrictiva que sea de incentivos. Que quienes ocupan un vehículo con tres o más ocupantes estén exentos de la medida. Luego eliminarla paulatinamente con otros incentivos.
Problema: Gestión municipal centralizada
Lo relacionado con la gestión municipal va más allá de la cobertura de servicios. Pasa por una visión de organización de la ciudad que desde hace 21 años incorporó las administraciones zonales. Una variante en las dos administraciones de Paco Moncayo fue la conformación de corporaciones como Vida para Quito. Estas figuras eran de carácter privado y fueron disueltas en la actual Alcaldía. También, se perdió la figura del Fondo de Salvamento (Fonsal), para dar paso a la creación del Instituto Metropolitano de Patrimonio.
En la administración de Barrera hay alrededor de 54 dependencias municipales (11 secretarías, 12 empresas municipales, entre otras) cuya estructura evidencia una visión de gestión con más protagonismo municipal. También, se han creado unidades operativas, atadas a los programas municipales como Regula tu barrio.
El Alcalde electo se ha referido a que desde su posesión, desarrollará una administración municipal más ágil, práctica y cercana a la ciudadanía.
Puntos de vista: Hay que generar gobernabilidad
Fernando Carrión Investigador de la Flacso explica que el 14 de mayo se inicia una nueva administración municipal encabezada por Mauricio Rodas. Su gran reto será el de construir “gobernabilidad” al menos en tres escenarios.
Primero, generar una reingeniería del aparato municipal para dar respuestas a las demandas sociales, simplificando la carga burocrática de las 64 dependencias y contando con no menos de 600 técnicos de calidad y confianza. El segundo escenario, producir consensos al interior de Concejo Metropolitano donde existen 11 concejales de Alianza País, 5 del movimiento Vive, 4 de SUMA y 1 de Creo. Y tercero, construir una relación de respeto y cooperación entre gobierno local y el Gobierno nacional.
Problema: El ambiente con poca protección
En ambiente, hay más temas pendientes. Pocas son las acciones que se han ejecutado, en los últimos cinco años, para reducir la contaminación de los ríos, el esmog o el ruido en diversos puntos.
Las condiciones actuales de los ríos Monjas o Machángara dan cuenta de eso. Este último tiene los más altos niveles de polución en, por ejemplo, partes bajas como Cumbayá. Estos ríos junto con el Machángara y San Pedro son los más contaminados del Distrito principalmente por las aguas residuales. Desde julio del 2012 está en marcha el plan de descontaminación.
Hay avances como el mejoramiento en la recolección de basura, se implementó el sistema de contenerización en superficie y soterrada. Pero queda pendiente evaluar si los controles de emisiones de vehículos e industrias son idóneos y dan el resultado esperado. Según la Secretaría de Ambiente, los 430 000 carros que circulan en la capital son los causantes del 70% de la contaminación del aire.
Punto de vista: Falta control en ríos y quebradas
Natalia Greene, coordinadora de proyectos de Cedenma, dice que en la ciudad hay ríos que se pueden considerar como muertos: Machángara, San Pedro, Monjas… El Distrito tiene un sistema ineficiente, por no decir casi inexistente, de aguas servidas.
Se deben construir plantas de tratamiento, cumplir a rajatabla con las ordenanzas municipales de control ambiental para recuperar los ríos. Se han hecho controles en camales e industrias, debería haber una norma más explícita e inspección donde se están vertiendo los desechos. Además, hay que tomar acciones en las quebradas, para un mejor manejo del desecho de escombros, no solo poniendo a disposición escombreras, sino recolección de este tipo de materiales.