Los taxis ilegales van a un registro

El trayecto entre Carapungo y Quito resulta difícil para muchos vecinos, sobre todo si deben salir en bus. Por eso, hay quienes prefieren gastar USD 1 por persona, para llegar a la gasolinera de la 10 de Agosto y NN.UU., en menor tiempo.

Sandra Salazar tiene auto, pero cuando le toca pico y placa toma uno de los taxirrutas que la llevan, junto a tres personas más, desde la Etapa 3 de Carapungo hasta esta estratégica esquina, por la ruta de la Nueva Oriental. “Me encanta este servicio, porque es más práctico, me lleva pronto y más cómodo”, dice. Si tomara un taxi amarillo, debería pagar USD 8. Pero la mujer siempre espera a que se llenen los autos, porque no sabe qué tan seguros son.

Esto porque se trata de un servicio aún ilegal. Desde 1996, el Concejo publicó la Ordenanza 247. Esta determinaba que no se podía crear ninguna operadora de transporte más en el Distrito.

En el 2008, la Alcaldía realizó un estudio para calcular el número de taxis que se necesitaban en la capital. Así se determinó que para los habitantes de Quito, que según el estudio eran unos 2 500 000, se necesitaban 7 500 taxis. Con las 8 778 unidades amarillas distribuidas en las 215 cooperativas, ya había un exceso de 1 278 unidades.

Pero a usuarios como Teresa de Flores, estos estudios les parecen lejanos a su realidad. Ella considera que no hay suficientes taxis amarillos. Además, viaja en los taxirrutas, porque prefiere su comodidad. “En los buses venimos pisadas, apretadas y se demoran mucho”, asegura.

Pablo Guaminga, dirigente de la cooperativa de taxis ejecutivos Padre Luis Vaccari, considera que este servicio surgió de la necesidad de los usuarios. “En nuestra operadora hay 60 unidades, que no cubren la totalidad de la demanda. Por eso, han venido otras compañías que recogen usuarios en la calle Japón y en la avenida De los Shyris”.

Explica que muchos son conductores que salieron de su compañía, pero no todos han entrado al proceso de regularización que surgió hace tres años, en la Asamblea Constituyente.

Desde que el presidente Rafael Correa garantizó el proceso de legalización del taxismo ejecutivo, esta modalidad de transporte se multiplicó. La Comisión Nacional de Tránsito, Transporte Terrestre y Seguridad Vial realizó un estudio que determinó que en Quito se necesitaban 3 308 taxis más. Con el anuncio, los dirigentes del taxi amarillo exigieron el 50% de los cupos. El tema no fue resuelto en la Comisión y luego del traspaso de la competencia de tránsito al Municipio, este también recibió esa responsabilidad.

Por eso, el Cabildo hizo una convocatoria para un taller informativo sobre la reforma que se hará a la Ordenanza 247 y el posterior proceso de regularización de unidades (ver recuadro).

Álex Morales, dirigente de la Unión Nacional de Transporte Ejecutivo Comercial de Pichincha (Unatec), detalló que ellos exigirán que en el proceso de legalización se respete la base de datos que entregó en diciembre del 2010 la Comisión de Tránsito. Allí constan 6 922 unidades, organizadas en 185 operadoras.

La modalidad de taxirrutas también se ha implementado en trayectos más cortos. Es el caso de la 21 de Agosto y Maldonado, en el sur. Por esta calle se ingresa a la Lucha de los Pobres. Erika Cañizares la usa a diario, para no esperar bus. Pero le molesta que los taxistas se nieguen a hacer carreras a otras zonas de la urbe.

En este caso, se trata de taxis registrados de la cooperativa Horizontes del Sur. El dirigente Daniel Sánchez asegura que se han visto obligados a ofrecer esta modalidad de transporte, por la proliferación de lo que él llama “carros ilegales”. Sánchez dice que la ciudadanía se acostumbró a usar taxirrutas, y ellos se adaptaron.

En la Maldonado, a la entrada a El Beaterio, también hay unidades de taxirruta ejecutiva. La mayoría pertenece a la cooperativa La Cocha-Sur Oriente. El servicio es de utilidad para personas como Rosa Tasipanta. Según la usuaria, estos vehículos sirvieron de mucho a la comunidad, sobre todo antes de que llegara el servicio del Corredor Sur Oriental.

La mujer llegó a la parada con pesadas fundas llenas de víveres y se embarcó. Pagó USD 0,25 por llegar hasta La Cocha. “Antes, los buses solo venían hasta las 19:00. Estos carros eran los únicos que nos ayudaban”. Ahora, las unidades del Corredor trabajan hasta las 22:00, pero los taxis ejecutivos lo hacen hasta las 00:00.

Eduardo Yucsi es uno de los conductores que trabaja allí, desde hace 12 años. Vive por el sector, así como otros 34 compañeros. Considera que las taxirrutas han surgido como respuesta a la necesidad de transporte de la comunidad. “Nosotros trabajamos desde las 04:00. Es nuestro modo de vida y pedimos legalización”.

Para el alcalde Augusto Barrera sería injusto no permitir que los taxirrutas, que no están regularizados, sigan ofreciendo el servicio. Su argumento es que son los únicos que llegan a barrios alejados de la ciudad, especialmente en el sur. “Facilitaremos la legalización de las unidades que se registraron hasta diciembre del 2009”. El proceso durará entre tres y cuatro meses. Mañana es el primer acercamiento.

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