En el norte, centro y sur de la ciudad, el servicio de recolección tiene fallas. Los horarios y frecuencias de los recorridos no se cumplen, según los vecinos. Desde mañana, Quito Limpio deja la limpieza de las calles y la hará Emaseo.
En el sur no se respetan los horarios y días
En la esquina de las calles Ajaví y Mariscal Sucre, en el sur, las fundas de basura se amontonan todos los días. Ayer, a las 09:12, en una funda negra había todo tipo de desechos: botellas de plástico, ropa, vidrios, restos de comida y otros materiales. Se desprendía un olor pestilente.
Rodrigo Pesántez vive en la Ajaví. Ayer cruzó esa esquina y con su pie retiró dos cáscaras de plátano que estaban en la mitad de la vereda . “Recién después del mediodía pasan los recolectores. Los obreros se llevan solo la basura que está en las fundas. Nunca barren”.
Pesántez, profesor de un colegio, contó que a más de los problemas en la recolección, los vecinos de los barrios del sur no respetan los horarios ni los días para sacar la desechos.
Por esa razón proliferan los roedores en las calles. “Son las consecuencias por no realizar a tiempo la limpieza”.
Según los cálculos de la Empresa Metropolitana de Aseo (Emaseo), el centro y sur de la ciudad produce, en promedio, 700 toneladas diarias de basura. Los lunes y martes, esa cantidad sube a 900 toneladas.
La basura aumenta porque los domingos no se recoge. Las zonas donde hay más desechos son los alrededores de los parques y de los mercados San Roque, Mayorista, Chiriyacu, entre otros.
Raúl Benítez, presidente de la Asociación de Barrios del Sur, organización que agrupa a 50 sectores, también se quejó por el servicio de Quito Limpio.
“Desde el principio tuvieron problemas y fallas. No cumplen con los horarios. Esa queja es de la mayoría de los presidentes de los barrios. Hemos calculado que un 30% de desperdicios queda en las calles”.
Los dirigentes barriales han presentado por escrito, varias veces, los reclamos por el mal funcionamiento del sistema. Las quejas fueron presentadas en las oficinas municipales.
Santiago Andrade, vecino de la Villa Flora, contó que uno de los problemas en el sistema de recolección es el paso rápido de los camiones recolectores por los barrios. En su opinión, por ello, el personal de barrido no limpia todas las calles y solo recoge las fundas de desechos.
Pocas veces ingresan a las calles donde el recolector no puede circular. Andrade cree que los trabajadores que limpian las calles con carretillas no logran cubrir todas las zonas, porque son pocas personas las que realizan los recorridos.
También hay otro problema. Cuando los camiones recolectores pasan por los barrios se desprende un olor pestilente. Según el personal de limpieza, eso pasa porque en las fundas hay todo tipo de desechos podridos.
Cerca de la Villa Flora, en el barrio Chiriyacu, Manuel Cevallos cree que la falta de control del Municipio también ha influido en el problema. “Hay recicladores que dejan regada la basura. Las administraciones zonales no aplican las ordenanzas”.
Cevallos no sabe los días y horarios precisos en los cuales pasa el recolector. Lo mismo ocurre con los vecinos de El Recreo, San Bartolo, Solanda, Atahualpa, entre otros barrios.
Carlos Reyes, gerente de Quito Limpio, descartó ayer en la mañana que el trabajo de la empresa sea un fracaso. “En el 2002
había 40 contratistas. Se recogía la basura en volquetas. Cumpliremos con el contrato hasta este miércoles”, aseguró.
En el norte también hay quejas
Ayer, el recolector de basura de la Empresa Metropolitana de Aseo (Emaseo) se atrasó en su recorrido por el Comité del Pueblo, en el norte. Esta empresa está a cargo de la recolección en el norte y en las parroquias rurales del Distrito Metropolitano.
A las 10:00, María Dolores Baraja se apresuraba a barrer la acera donde ubica su negocio, sobre la calle Jorge Garcés. En ese momento, un carro nuevo de Emaseo recogía la basura.
“El recolector pasa entre las 07:00 y 08:00, hoy se atrasó, pero la recolección es normal”, asegura la moradora, quien vive desde hace 15 años en el lugar. Ella vende papas fritas.
Nancy Lincango, su vecina, vende flores en esa misma calle. Ella está convencida de que el trabajo de la empresa municipal ha sido bueno durante los últimos años. “A veces se atrasan, pero el carro siempre llega”.
Lincango y Baraja comentan que los vecinos tienen la responsabilidad de mantener limpio el frente de sus casas y de sus locales comerciales.
Anita Guachamín vive en la calle Juan de León. Señala que no todos los moradores cumplen con ese compromiso. “Hay gente que saca la basura fuera de los horarios de recolección y eso genera problemas”.
Ayer, en algunas veredas y esquinas del barrio había fundas de basura rotas y los desperdicios estaban desparramados. En la esquina de la calle Francisco Endara, tres perros callejeros mordían una funda negra. Hurgaban en los desperdicios.
María Flores vive al final de esta arteria. Para ella, el servicio de recolección es deficiente. Es vecina del Comité del Pueblo desde hace 20 años. Denuncia que hay días en los cuales los carros recolectores no llegan.
La misma queja tiene Luz Bonilla, moradora del sector de La Ofelia, en el norte.
Esta ama de casa tiene su vivienda en la calle Díaz Arias, que tiene la forma de una cuchara. En su opinión, la estrechez de la vía y los autos que se parquean a los dos costados impiden el ingreso del carro recolector. “Pero los obreros tampoco ingresan para retirar las fundas”.
A pesar de este problema, Bonilla cree que es bueno al servicio que presta Emaseo.
Patricia Sandoval tiene su casa en la calle Lizardo Ruiz, a una cuadra de la plataforma de la feria libre de La Ofelia. Ella tiene otra opinión sobre el servicio.
El ama de casa dice que el desaseo en los alrededores del mercado es constante. Además, los malos olores de los desperdicios que quedan en las aceras los fines de semana le ocasionan molestias. “Los recolectores deberían pasar con mayor frecuencia por este sitio”.
Carmen Paucar vive en Cotocollao, en la calle Vicente López y José María Guerrero.
Ella no tiene quejas sobre el servicio, pues ha mejorado en los tres últimos años.
Recuerda que en el 2007 el servicio era deficiente, porque no se cumplían los horarios de recolección y había días en los cuales no había recolección.
“Pero eso ha mejorado con el tiempo. Esperemos que esa realidad no cambie, porque hasta ahora todo marcha bien”.
Su queja es porque hay vecinos que sacan la basura sin respetar los horarios. Ayer había fundas en la esquina de su negocio, pese a que el recolector pasa hoy.