La caja común inició en enero. Se habilitó a 56 empresas de transporte para que trabajen con esta medida. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
A siete meses de la implementación de la caja común en las operadoras de transporte público se registran dos cambios: la falta de entrega de los ticketes y la colocación de sensores para el conteo de pasajeros.
En enero, mes en el que inició la caja común, se habilitó a 56 empresas de transporte para que trabajen con esta medida. Con el paso de los meses, la aplicación se ha reducido, ya que, en varias unidades no se entregan los boletos después de pagar el pasaje. Estos eran parte del sistema para organizar y recaudar el dinero.
José Villón, usuario, se traslada desde su casa en La Armenia (Los Chillos) hasta San Bartolo (en el sur). Lo hace en bus. Cuenta que hay tres tipos de buses: los que entregan el boleto, los que no y quien implementó un sistema tecnológico en las unidades.
Él se ha embarcado en todos estos. Relata que son casi tres meses que en las operadoras del valle no se entrega el boleto. Recuerda que en varias ocasiones leyó unos carteles que explicaban las razones para dejar de hacerlo: la falta de implementación de las otras operadoras es uno de los motivos.
En otra ocasión, viajó en la operadora Translatinos. En esta ya no hay ayudante. El chofer se encarga de cobrar el pasaje. “Lo que me sorprendió es una ‘máquina’ que está en la entrada y salida de los buses”.
Este es un Sistema de Posicionamiento Global (GPS), diseñado para la gestión y seguimiento de las unidades. El bus es rastreado desde que inicia su recorrido. Jorge Yánez Venegas, presidente de la operadora, indicó que las 116 unidades trabajan con este sistema. Son 232 dispositivos colocados en la puerta delantera y trasera.
Según él, los beneficios registrados son: el conteo de pasajeros, conocer la ubicación del automotor, sus condiciones y medir la velocidad. El salto de los boletos a la utilización de este tipo de tecnologías es uno de los cambios que debería observar.
Otra de las modificaciones que se deberían realizar es coordinar las frecuencias de los buses que cubren las mismas rutas. José Santamaría, presidente de la Cámara de Transporte Público, aseguró que es necesario que se reorganice el transporte público de la ciudad. Se evitaría los ‘correteos’.
Rodrigo Chillagana, conductor de la cooperativa 7 de Mayo, asegura que pese a la existencia de esta medida continúa la ‘competencia’. Pero, rescata que ha mejorado la organización: turnos y tiempos.
Desde la nueva administración municipal, se planea dar continuidad al tema. Jean Pol Armijos, secretario de Movilidad, asegura que es necesario ir avanzando en la caja común. El objetivo es alcanzar la integración del sistema de transporte público.
Diariamente, en la ciudad circulan 3 100 automotores pertenecientes a 62 operadoras. De estos 2 100 son convencionales, 400 al sistema integrado y 600 a los interparroquiales.
En la página del Municipio de Quito consta que la segunda fase debe cumplirse hasta el 31 de diciembre próximo. Aquí las operadoras implementarían un sistema automático de recaudo y una tarjeta inteligente para validar el pago del pasaje. La tercera será hasta diciembre de 2016, en la que todos tendrán un sistema tecnológico de cobro.