Unos desesperados gritos anunciaron la tragedia. El puente peatonal que se construía en la curva de Santa Rosa (límite entre Quito y Machachi) se desplomó.
Los hierros, las tablas de encofrado y el cemento aún sin fraguar cayeron sobre un Vitara azul, de placas ICH-770, que circulaba con rumbo a Alóag. Eran cerca de las 17:15 y una traumática escena de dolor cambió el panorama de la Panamericana.
La pesada estructura dejó en calidad de chatarra al jeep. Viviana Isabel Mora Mendoza, de 39 años, y Eliana del Pilar Pineda Carrillo, de 42 años, fallecieron y sus cuerpos quedaron enredados entre las latas retorcidas del vehículo. Una de ellas estaba embarazada. Una hora después del accidente, Kléver Iván León aún estaba en shock.
Hablaba con voz entrecortada y en algunos pasajes del relato hacía pausas y sus ojos se humedecían. Él vive en el barrio San Francisco II, cerca de donde se construía el puente peatonal, y alcanzó a ver todo
“El encofrado se dio la vuelta y se fue al piso. Dos obreros alcanzaron a sujetarse de las varillas y quedaron colgados hasta que llegaron a auxiliarlos”. Otro trabajador cayó encima del puente y fue llevado a una casa de salud. En la noche se supo que ya estaba fuera de peligro.
Santiago Yambi estaba más calmado y pudo explicar que la chica que manejaba el Vitara perdió unos dos segundos valiosos, en el momento que frenó, cuando los obreros gritaron porque se dieron cuenta que la estructura se empezó a desprender. “Si no frenaba, quizá alcanzaba a pasar y no moría”.
El puente se levantaba sobre los seis carriles de la Panamericana sur. La parte que se desplomó es la que estaba encima de los tres carriles que van de norte a sur. La otra mitad no se afectó, pero los agentes de la Policía que acudieron al sitio sugirieron que se lo inhabilite, porque vibraba cuando pasaban los tráileres.
Henry Silva, del Cuerpo de Bomberos de Quito, dirigió el operativo de socorro para llevar los cuerpos a la morgue de Machachi, trasladar el carro a los patios de revisión vehicular y retirar el puente del piso para habilitar el tránsito.
“Sí hubo un descuido. Por precaución, los constructores debieron pedir apoyo a la Policía para cerrar la vía, mientras los obreros trabajaban”.
La concesionaria Panavial es la responsable de la obra. La empresa contrató a un ingeniero particular para la ejecución. A las 20:30 de ayer, Valentino Calderón, director técnico de Panavial, dijo que aún no se conocían las causas del colapso de la estructura, pero fue en el momento de la fundición.
“La obra tenía un avance del 60% y se construía bajo una técnica que no hace falta detener el tránsito mientras se construye”.
Hasta las 19:30, los socorristas de los Bomberos luchaban con las varillas de hierro. Con motosierras trataban de cortar una parte de las cadenas de encofrado que quedó pegada a los pilares de cemento.
El propósito era que el puente se caiga completamente, desde el parterre hasta el extremo occidental, para desalojar los escombros y abrir nuevamente la vía, en sentido norte-sur.
Una vez que todo el material de construcción estuvo en el piso, la uñeta de una retroexcavadora despejó la vía y los vehículos retomaron la circulación. Mientras se realizaban estas tareas, la Policía armó un operativo para destrabar el tránsito.
El ingresó a Quito se autorizó por la vía Tambillo-Cusubamba-El Quinche. Largas filas de carros se formaron desde Alóag. Para salir de Quito, los vehículos fueron desviados por La Joya.
Los vecinos tenían rostros desencajados, que expresaban dolor. Antonio Calqui vive en una casa de dos pisos que está a unos 30 m, al pie del puente. Nunca había visto cuerpos despedazados, mezclados con latas. Abrazaba fuerte a su hija de 11 años y cerraba sus ojos. “Ni siquiera quiero contarlo, son unas imágenes muy feas que dan mil vueltas en mi cabeza”.
La Policía encontró las cédulas de identidad de las fallecidas en el interior del carro destruido. Las dos eran nativas de Ibarra. Hasta las 19:30 de ayer, los uniformados no pudieron establecer contacto con sus familiares. Pasadas las 20:30 se habilitó el tránsito a Alóag. Las varillas de hierro y las tablas de encofrado fueron arrumadas en las orillas.