Unas rayas blancas manchan el busto de Francisco de Orellana, ubicado en el mirador de Guápulo, en el norte. Los dibujos se extienden a las dos puertas enrollables del local, que permanece cerrado ya cerca de dos años. Allí funcionaba un café-bar.
fakeFCKRemoveEl abandono del lugar es evidente. Las lámparas externas de la casa con paredes de piedra están rotas. Hay papeles y botellas de licor regadas en el piso. Dos puertas de hierro están cerradas con candado. Hay una tercera que está abierta.
Por allí ingresan algunos moradores para acortar camino y llegar a la parte baja del sector. Adentro, la maleza y la hierba están crecidas. Una planta enredadera cubre totalmente una de las paredes del inmueble. Los techos de paja de las casetas de los jardines ya son inservibles.
Alioska Guayasamín, administradora municipal de la Zona Centro, informó que la próxima semana culminará el proceso para adjudicar el arrendamiento del local. “Esperamos que hasta el viernes ya termine todo”.
Se realizó una convocatoria pública y se presentaron cinco ofertas. Fueron escogidos los proyectos Guápulo 180 y mirador de Guápulo, que son los que están en la fase final del concurso.
Juan Aulestia, presidente del Cabildo de Guápulo y miembro del Comité a cargo de la adjudicación, informó que se seleccionaron los proyectos por enmarcarse en los requerimientos planteados para el uso del local.
Las propuestas deben abarcar el tema turístico, de financiamiento, participación con la comunidad y la seguridad. Además, deben involucrar a la comunidad, para lo cual se organizarán talleres con los moradores del barrió. El Comité también está integrado por el Colegio de Arquitectos, Quito Turismo, el Síndico de la Zona Centro y una delegación de la Secretaría de Cultura.
María Carrillo, quien ya vive 30 años en Guápulo, comentó que en las noches el mirador es inseguro. “Hay personas que ingresan a consumir licor, hay peleas y hasta heridos. Ya no podemos pasar por el mirador, por temor”.
María Vera, de 67 años y propietaria de la tienda El Mesón, comentó que los asaltos son frecuentes. Las moradoras lamentan el abandono del lugar, recuerda que antes había guardias de seguridad y actividades para los niños del barrio.
“Pedimos al Municipio que ponga todo el empeño para recuperar uno de los importantes sitios turísticos de la ciudad, por la espectacular vista que ofrece”.
El contrato de arrendamiento no tendrá un plazo fijo, se renovará según como se vayan cumpliendo los requerimientos. El costo mensual será de USD 750.
El local tiene 100 m², en los dos proyectos finalistas se plantea una remodelación. La empresa que sea adjudicada deberá priorizar la mano de obra de la comunidad. El Comité será el ente encargado de vigilar el cumplimiento del contrato.