La música de las bandas de pueblo y el baile de las comparsas alegraron ayer la fría mañana en el Centro Histórico. La programación convocó a cientos de quiteños que se quedaron en la ciudad por el feriado de Carnaval.
En la mañana, desde las 09:30, se inició el desfile de la alegría por las calles Venezuela, Mejía, García Moreno y terminó en la plaza San Francisco.Al paso de los grupos por el centro hubo música que incentivó a bailar a los turistas extranjeros y familias que a esa hora se paseaban por allí.
La primera delegación que abrió el desfile, atrás de un patrullero, fue la banda de gala del Colegio San Francisco, que representó a San Antonio de Padua. Erick Chasig, el bastonero, fue aplaudido por la gente en la Plaza Grande.
A lo largo de la calle García Moreno los turistas se agolparon para poder fotografiar el colorido acto. “Es bonito participar en este programa. La alegría de las bandas de pueblo es incomparable”, dijo Santiago Verdezoto, un vecino del Comité del Pueblo.
Él ayer madrugó para asistir al acto. Llegó acompañado de su familia. Utilizaron abrigos por el frío de la mañana. Los paraguas sirvieron para protegerse de la lluvia que por momentos cayó en el centro.
A pesar de ello, el movimiento fue intenso. Los comerciantes informales promocionaban las espumas de carnaval, las policías Nacional y Metropolitana vigilaban el orden y las bandas encendían los ánimos de la gente.
María Valverde, de 74 años, bailaba emocionada y sonría mientras caminaba con la danza del Centro Cultural La Marín. Estaba feliz porque en el festejo de Carnaval de ayer no se utilizó agua. Solo picadillo y espuma.
Entre las 20 delegaciones llamó la atención la presentación de la escuela de danza Andina, que hizo sonreír al público. Con el ritmo de la canción ‘A la voz del Carnaval’ un grupo de hombres y mujeres pintados los rostros de negro buscaban parejas del público y bailaban.
Otro grupo de chicos de un colectivo teatral, que también se integró a la danza, utilizando maderas y una tela verde daban movimiento a la figura de un dragón, que fue lo más llamativo.
Otras de las delegaciones que utilizó espuma carnavalera fueron las 14 chicas del Colegio Paulo VI. Sonrientes contagiaban de alegría al público.
Todas las delegaciones llegaron hasta la plaza San Francisco. Allí se instalaron tres carpas, un equipo de amplificación y sillas para que el público aplauda el paso de las delegaciones.
Estuvieron presentes dirigentes y comerciantes de los Centros Comerciales Populares de la zona. “Es un Carnaval distinto por el frío que ha acompañado este día. Hay alegría del público y un ambiente festivo”, manifestó Bryan Duque, un turista.
El peruano Duque no se cansó de fotografiar todos los detalles de la jornada. Sin embargo, lo que más le llamó la atención fue la toma simbólica de San Francisco por parte de los grupos.
Al final de la jornada, luego de las 14:00, hubo una retreta musical con las bandas de pueblo y las calles del centro se convirtieron en un escenario multicolor.