Testimonio. José Torres.
Prefiero caminar desde los juzgados y por las calles del Centro Histórico, antes que utilizar el servicio de bus urbano. Ir en carro es fatal. Me gusta caminar desde un juzgado, donde hago trámites todos los días, hasta la Plaza Grande.
Ya llevo 15 años en este oficio de hacer trámites en diferentes juzgados. En el trayecto, desde el Centro hasta alguna oficina, me demoró unos 10 ó 15 minutos.
Sin embargo, movilizarse en bus en esta ciudad es bastante complicado. Circulan llenos y son lentos. Vengo en transporte público desde mi casa, que está en el norte de la ciudad, hasta el Centro. En los horas pico toca viajar parado, pero es cuestión de acostumbrarse a utilizar buses.
Sinceramente, me gusta muy poco el carro. Cada día hay más impuestos que se cobran por tener un vehículo. Antes que invertir en un auto, prefiero gastar en un paseo con mi familia.
Utilizar el trolebús también es difícil, porque en cada viaje la gente va como sardinas. A veces toca movilizarse así porque no hay quién controle el desorden que hay en ese sistema de transporte público masivo.
Los mismos policías metropolitanos, que a veces están en las paradas, en lugar de desahogar un poco, ellos ayudan a empujar más a la gente para que los articulados cierren las puertas.
Deberían ver que exista orden. Por los amontonamientos de la gente en las paradas y en los articulados, hay robos y arranches. Ahí es cuando aprovechan.