El policía metropolitano se foguea en las vías de Quito

En San Blas.   Los policías metropolitanos y  nacionales comparten los trabajos de control del tránsito.

En San Blas. Los policías metropolitanos y nacionales comparten los trabajos de control del tránsito.

Unos con uniforme verde olivo, otros con uniforme azul marino. Policías nacionales y metropolitanos tienen una tarea en común: garantizar la seguridad vial y regular el flujo vehicular.

Desde enero del 2011, el Cabildo inició un programa de capacitación dirigido a 1 300 policías nacionales y 220 policías metropolitanos. El objetivo fue actualizar sus conocimientos en normas y leyes sobre el transporte terrestre y la seguridad vial.

Pero en julio del año pasado, se inició el reclutamiento y la capacitación de 480 nuevos policías metropolitanos, los cuales se convertirían en el primer contingente de agentes civiles apto para el control del tránsito.

En el primer grupo se graduaron 440 agentes, los cuales desde hace seis meses se han ido integrando paulatinamente a las tareas de control del tránsito en la ciudad. El director de la Policía Metropolitana, Carlos Maldonado, aseguró que lo han hecho a través del control al transporte pesado, zona azul, paradas de bus, pico y placa, contraflujos e intervenciones viales, como la del Centro Histórico.

Ayer, en la calle Guayaquil, entre San Blas y la Plaza de Santo Domingo, policías nacionales y metropolitanos compartían las tareas de control. En la zona se trabaja en la repavimentación de la Flores, Montúfar y Guayaquil.

Maldonado sostuvo que las actividades conjuntas son parte del proceso de transición antes de que el Cabildo asuma completamente las competencias en materia de tránsito y seguridad vial, previsto para abril del 2013.

Por el momento, los uniformados se dividen las tareas. En la esquina de la Guayaquil y Espejo, cuando la luz del semáforo vehicular cambiaba a rojo, la policía Jennifer Hidalgo se paraba en medio de la vía y con las manos hacía señales para que los peatones crucen. Además de su uniforme, vestía un chaleco verde fosforescente con la palabra Tránsito.

Los transeúntes aún miran con extrañeza a los metropolitanos. Kathy Martínez, quien trabaja en la zona, aún no se acostumbra a ver a los metropolitanos regulando el flujo de vehículos y personas. “Es bueno que exista más control, pero creo que la Policía Nacional tiene más experiencia”.

El sargento de Policía Patricio Gonzalón asegura que las actividades de los uniformados municipales no interfieren con sus tareas de control. “El trabajo se complementa. Mientras los policías nacionales regulamos un lado de la calle, los metropolitanos ayudan en el otro lado. Aún están en proceso de aprendizaje”.

En la esquina de la Guayaquil y Bolívar, dos agentes metropolitanas extendían completamente los brazos para hacer circular a vehículos y peatones.

El uso del silbato también fue parte de su instrucción teórica y práctica. Un pito fuerte y largo, significa una señal de advertencia para detenerse. Dos pitazos y la señal de los brazos permiten el avance de conductores o peatones. Hay otros uniformados que apenas levantan sus extremidades para advertir la detención o el cruce. Los peatones y conductores se muestran confundidos y algunos avanzan con precaución. La mala ejecución de las señales manuales y sonoras incrementa el riesgo de accidentes.

Para ninguno de los dos cuerpos uniformados el control resulta sencillo. El metropolitano Alexis Pepinós aseguró que los peatones son quienes más irrespetan las señales y las órdenes de los agentes. En la esquina de las calles Chile y Guayaquil, decenas de personas cruzaban la calle con la luz del semáforo peatonal en rojo. Eso pese a las advertencias de Pepinós. Gonzalón ratificó la mala actitud de los peatones. “Los conductores son los que más respetan las señales de los policías. Hace falta educación en seguridad vial”.

Sobre la transición

Está previsto  que a finales de septiembre, un segundo grupo de 250 agentes metropolitanos se integren a las tareas de control en la ciudad.
 
La próxima semana  se iniciará una nueva etapa de reclutamiento en la Policía Metropolitana, con la habilitación de 350 cupos par los aspirantes.

Está previsto  que para abril del 2013, las competencias en tránsito y seguridad vial pasen completamente al Municipio.

El objetivo  es reclutar y capacitar a una unidad con 1  400 agentes civiles para el control del tránsito.

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