Las congestiones de tránsito se extenderán por más tiempo en el noroccidente de Quito. La extensión en el plazo para las obras que se realizan en el redondel de El Condado y los trabajos en el intercambiador en la avenida Mariscal Sucre, a la altura de la Fernández Salvador, son las principales causas.
Los usuarios de estas vías y los moradores de los barrios que están en sus zonas de influencia deben tener en cuenta esta situación para sus desplazamientos.
Allí están: San Carlos, Ponciano Bajo y Alto, Cotocollao, Pisullí, La Roldós, El Condado, entre otros. También están, indirectamente, quienes viven en Carcelén y Carapungo, en el este, y Pusuquí, Pomasqui y San Antonio, al oeste.
En El Condado, la situación se complica con la temporada navideña ya que el centro comercial de este sector es un imán para las compras, lo que incrementa el flujo vehicular. De hecho, el pasado sábado, a las 10:00, el desplazamiento entre la Fernández Salvador y el redondel de El Condado tomó de 35 a 45 minutos.
En situaciones normales, por este redondel se movilizan unos 50 000 vehículos al día. El 70% lo hace entre la Occidental y la Diego de Vásquez y, el resto, hacia la Mitad del Mundo o De la Prensa,
El 28 de marzo pasado, cuando comenzó la construcción del paso deprimido en El Condado, en la intersección de las avenidas Mariscal Sucre y De la Prensa, autoridades municipales anunciaron que la obra estaría lista en marzo del 2013. Ahora, el plazo se extiende hasta el 30 de agosto.
Germánico Pinto, gerente de la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas, Emmop, confirmó que el plazo se extiende cinco meses. Hay una razón para esto: que el colector construido en este sector obstaculiza los trabajos de excavación.
Esta infraestructura recoge las aguas servidas y lluvias de la Rumiñahui, San Carlos, Quito Norte, El Condado, Carcelén, Cotocollao y La Ofelia.
Según uno de los técnicos que trabajan en la obra, el problema fue que, una vez iniciada la excavación, se encontraron con que, además de construir el intercambiador, iban a tener que retirar de su paso el colector y construir uno paralelo para desviar las aguas.
“Nadie nos advirtió lo que íbamos a encontrar. Eso retrasó enormemente los trabajos. Tuvimos que destinar 60 obreros para que trabajen en la construcción del nuevo colector y el avance del intercambiador se vio afectado. Nunca paramos la obra, pero el trabajo fue lento porque no podíamos retirar el colector que estaba funcionando”, señaló.
Los trabajos del nuevo colector terminaron la semana pasada, tras cinco meses de trabajos. Es decir, que las obras de excavación volvieron a su ritmo, para poder cumplir con el nuevo plazo. Unos 150 metros del intercambiador (de los 555 metros que tiene en total) ya están terminados.
En el momento, nueve meses después de iniciada la obra, esta registra un avance del 28%.
Pinto aseguró que se conocía de la existencia del colector. “Antes de realizar la obra, realizamos un estudio. Teníamos listo un diseño para mover el colector, el problema es que con las excavaciones encontramos otro tipo de instalaciones adicionales, que no estaban previstas, que nos obligó a redefinir los estudios”.
El costo de la obra se incrementó: de USD 5 412 969,32 a USD 6 162 969,32.
Patricio Ubidia, presidente de la Comisión de Movilidad del Concejo Metropolitano, admite que hubo un problema. “En realidad nos tomó por sorpresa. Esa obra debió estar lista. Pero hubo la novedad de ese colector”.
“Se debió haber tenido los cuidados en ese sentido para poder tomar las medidas necesarias. Se sabía del colector, pero no se analizó debidamente el lugar exacto de la obra”, dijo.