‘El pesado tránsito me pone de muy mal humor’

Testimonio. Miguel A. Porras

Todos los días me tardo 50 minutos, desde mi casa, en la Río Coca hasta Chillogallo, donde trabajo. Soy mensajero y me movilizo en una motocicleta. A pesar de que en la moto se puede ir un poco más rápido, la congestión también nos afecta.

A veces los conductores de carros no nos permiten el paso, nos agreden verbalmente, no nos respetan. Transitar por los túneles, en el centro, es una tortura, todo el día hay tráfico, algunas veces me quedo sin moverme hasta cinco minutos. En las horas pico procuro no circular por ahí.

Otro punto de caos es la Plaza de Toros, los carros vienen de todos lados, no hay cómo circular. Por mi trabajo debo trasladarme por toda la ciudad, voy de norte a sur y en cada viaje me demoro por lo menos una hora. Cuando voy al sector de la Mitad del Mundo me tardo hasta dos horas. Muchas veces, por culpa del tráfico no almuerzo, estoy desesperado por llegar temprano y cumplir con las entregas y retiros que pienso que no tengo tiempo para perder. Eso afecta a mi salud.

La moto la uso por trabajo, es mi herramienta y medio de transporte, pero cuando puedo prescindir de ella lo hago. Los fines de semana de descanso prefiero caminar, pero no voy lejos para evitar coger un bus. Los lunes que se inicia mi jornada me lleno de estrés, cuando estoy en la calle me da mal genio, por tanto carro que hay en la calle.

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