Pasan 12 horas, alguien coloca una pistola en su cabeza y hala el gatillo. Otras 12 más y un adolescente se cuelga del techo con una cuerda. Al otro día una mujer se para en el filo de un puente, respira y salta al vacío. En la noche un joven se encierra en el baño, toma una hoja de afeitar y se corta las venas.
Dos personas cada día. 60 personas cada mes. Desde enero hasta mayo de este año, solo en Pichincha 293 personas han intentado quitarse la vida. 117 lo lograron. Las 176 restantes fueron llevadas a una casa de salud y lograron ser salvadas. Esas son las cifras que maneja tanto la Dirección Nacional de la Policía Judicial como el Ministerio de Salud Pública.
Los casos de intento de suicidio o como se conoce médicamente ‘lesiones autoinfligidas’ son más frecuentes de lo que parecen, más aún aquí, en Pichincha. A escala nacional, esta es la provincia que ocupa el primer lugar con el mayor número de personas que han muerto bajo esta modalidad.
Con más de 2 millones y medio de habitantes, en Pichincha se han quitado la vida 117 personas.
La provincia que la sigue es Guayas, la cual a pesar de tener 1 millón de habitantes más que Pichincha (3 645 483), no la supera en cuanto al número de suicidios. Tiene 97.
La cifra más baja de suicidios en lo que va del año la tienen Chimborazo, con 458 581 habitantes tiene dos casos y Napo, con 103 697 habitantes, tiene tres.
Aproximadamente el 60% de quienes quieren suicidarse no lo logra.
Por desgracia, con el intento fallido no termina el drama. Las consecuencias son graves, en lo físico y en lo emocional, y es cuando más ayuda se requiere.
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