En el parque Bicentenario, levantado en los predios del exaeropuerto, hay nueve reglas que los usuarios deben seguir para protegerlo.
En diferentes letreros se detallan normas como botar la basura en su lugar, cuidar el mobiliario, plantas y árboles…
Entre ellas también están la de pasear a las mascotas con collar y recoger sus excrementos. Esta es una de las disposiciones que se cumplen a medias. El fin de semana se observó a perros correr sin collar por los diferentes espacios. A pesar que la señalética indica que hay una zona de mascotas, hubo animales que paseaban por cualquier parte del parque.
Lourdes Toapanta llevó a sus dos perros al Bicentenario, cada uno tenía collar. Sin embargo, en el parque decidió soltarlos para que pudieran andar libremente. “Ellos merecen correr, jugar sin ataduras, no hacen daño”.
A Juan Puertas, quien jugaba con sus hijos en las bicicletas, no le molesta que las mascotas no usen collar, siempre que sus dueños estén pendientes para que no existan incidentes, en especial con los niños. Similar opinión tuvo Andrea Rodríguez, quien paseaba con su perro. Al ingreso y salida lo lleva con collar, pero cuando está dentro del parque le retira para que pueda distraerse.