ENTREVISTA
Pedro Rodríguez/ Rector del Convento de San Agustín
Luego del Carnaval, el cristianismo inicia el periodo de la Cuaresma con la imposición de la ceniza.
Con esta tradición, íntimamente ligada en el imaginario de los ecuatorianos, empieza el periodo de 40 días de preparación para la celebración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Pedro Rodríguez, rector y superior del convento de San Agustín, cuenta más sobre esta fecha importante para los católicos.
¿Cómo nace la tradición de colocar la ceniza?
Todo viene desde el Antiguo Testamento. Los pueblos que se convertían al cristianismo, como Nínive, se colocaban ceniza y vestían ropa penitencial como signo de deseo de conversión de su mala vida a una vida con apego a Dios.
¿Qué simboliza esta festividad?
Es el inicio del tiempo de la Cuaresma. El pueblo cristiano empieza a vivir con el miércoles de ceniza, ayuno y abstinencia. Son 40 días de conversión, en los cuales se trata de mejorar para llegar al gran Triduo, que es donde se celebra la cena del Señor, Viernes Santo y sábado de gloria.
¿Cómo ve usted esta tradición, en pleno siglo XXI, donde la globalización manda?
Parece mentira pero ha ido cambiando. Mucha gente, que todavía es firme en su convicción, viene a la misa y escucha la homilía, luego se pone la ceniza en la frente. Otros, en cambio, van a la iglesia y solo se ponen la ceniza y se marchan corriendo. No valoran el sentido de este ritual. Es necesario que se entienda por qué es importante ponerse, cuál es el sentido profundo que guarda la cruz de ceniza.
¿Cuál es ese verdadero sentido?
Nos recuerda que somos seres de polvo, que hemos sido sacados del polvo de la Tierra, tal cual indica el Génesis, y con el soplo de vida, se vuelve a la vida. Además, nos recuerda que somos seres pasajeros en este mundo, que no somos eternos, que algún día tendemos que morir. Nos recuerda que tenemos que tratar de ser mejores.
¿A base de que está hecha la ceniza?
Antiguamente se hacía de los ramos de palma de cera que se vendían. Ahora eso está prohibido por proteger la naturaleza, lo cual es una medida muy loable. Actualmente se hace de las ramas que traen los fieles, de ramos de flores, de hierbas perfumadas, por ejemplo romero. Todo eso se guarda durante un año y cuando faltan pocos días para el miércoles de ceniza, se los quema en un cesto, y luego se los muele finamente. El miércoles de ceniza se hace la bendición, se coloca agua bendita, se hace la mezcla y se coloca una cruz en la frente del feligrés.
¿La forma de colocar la cruz también cambió?
Algunos sacerdotes, por no mancharse el dedo, utilizan un sello de caucho. Para mí eso es feo, parece que estuviésemos marcando a algún animal. Yo lo hago con el dedo, para eso se hicieron las manos, para poder hacer la bendición y señalarle y recordarle que somos seres de polvo. Con el dedo se puede tocar la frente y sentir que eres parte de la vida. Colocar con sello, para mí, no es correcto, pero lo respeto.
¿Qué pasa con los creyentes que no se coloquen la ceniza el día preciso?
También lo pueden hacer después del miércoles de ceniza. Se puede colocar el próximo domingo, durante la misa. Siempre y cuando la gente se lo pida.
Hoja de vida
- Pedro Rodríguez es rector y superior del convento de San Agustín. Esta orden religiosa llegó a Quito a mediados del siglo XVI.