Las voces de 5 200 niños de 16 escuelas fiscales del Centro de la ciudad retumbaron en el Ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, ubicada en la avenida 12 de Octubre, en el norte de Quito. “Con mi burrito sabanero voy camino a Belén, si me ven, si me ven. Voy camino a Belén”, se escuchó a una sola voz.
Todos los graderías estuvieron ocupados por niños de entre 6 y 11 años. Los pequeños llegaron en 10 buses desde sus escuelas para participar de un programa especial por la Navidad.
Vestidos con sus uniformes, haciendo fila de dos en dos y tomados de la mano ingresaron al Ágora. Desde su llegada fueron acompañados por músicos, teatreros, zanqueros y coloridos duendes del grupo Trapos y Garabatos.
El sitio fue señalizado con los nombres de los 16 establecimientos educativos. Allí, cada grupo ocupó ordenadamente su respectivo lugar. Una de las delegaciones más amplias fue la de la Escuela Aurelio Espinosa Pólit. 90 niños de cuarto y quinto año de educación básica se ubicaron en el lado derecho del Ágora.
La alegría se reflejaba en el rostro de Marlon Vaca, de 8 años. Sin quitar la mirada de uno de los zanqueros que hacia malabares, el pequeño saludó con la mano a los artistas y ocupó su sitio.
Globos blancos y rojos, figuras alusivas a la Navidad, como duendes, renos, bastones, campanas y pastores formaron parte de la decoración del escenario. Los adornos eran de cartón y fomix.
A las 09:10, todas las gradas estaban ocupadas. Los infantes permanecían impacientes en sus asientos. Mariela Tipán, de 7 años, esperaba con ansias la salida de los artistas. “Me gustan mucho los magos. La profe dijo que aquí se va a presentar uno”, dijo la niña de la Escuela de Práctica Isabel La Católica, ubicada en la calle Montúfar y Rocafuerte.
Después del paso de los músicos desde el escenario se escuchó la voz de un títere que saludó a los niños. “Buenos días”, respondieron en coro los pequeños. El muñeco invitó a los niños a cantar el villancico ‘Mi burrito sabanero’. Todos se pusieron de pie y al son de una guitarra y las palmas cantaron entusiasmados.
Para saludar a los niños de las 16 escuelas, los animadores pidieron que un representante de cada plantel suba al escenario. Uno de ellos fue Jorge Guaspe, estudiante de quinto de básica del Centro Educativo Intercultural Bilingüe Quito, del tradicional barrio San Roque. Jorge saludó y deseó una feliz Navidad a los asistentes, en español y en quechua.
Otro en expresar su saludo navideño fue Carlos Méndez, de segundo año de básica. Luciendo una nariz roja y una figura de reno hecha en esponja, deseó que todos los niños estén junto a sus familias para festejar el nacimiento del Niño Jesús.
Los duendes acompañaron a los niños a bajar del escenario y fue el turno de los malabaristas, los acróbatas y los bailarines.
Los villancicos y las canciones infantiles no dejaban de sonar con cada presentación artística. El mago sorprendió a los niños con sus trucos. Invitó a uno de ellos a sacar de su bolsillo un pañuelo. Los pañuelos salían uno tras otro, como si no tuviera fin.
La alegría de los pequeños se reflejaba en sus risas, que se escucharon en toda el Ágora. Al final del programa, cada niño recibió un refrigerio y una funda de caramelos. Los festejos se harán en todas las administraciones zonales.