Durante el cambio de guardia en el Palacio de Gobierno, en la Plaza Grande, una mujer de traje azul y rojo, similar al de los Granaderos de Tarqui, llama la atención entre los presentes.
En sus manos lleva una bandera del Ecuador y una espada de madera. Ella es Nancy Nieto.
Desde hace cuatro años asiste, todos los lunes, a la ceremonia y personifica a Manuela Sáenz, conocida como La Libertadora del Libertador.
Cuando termina el acto se traslada frente al Palacio para saludar a los integrantes del colectivo Plaza Grande, del que forma parte. Son varias personas que asisten todos los lunes a gritar mensajes de apoyo a Rafael Correa, presidente del Ecuador.
Marco Argüello, vendedor de productos naturales, conoció a Nieta en la plaza. “La admiro porque es una mujer luchadora y fiel a su causa. Yo creo que es la reencarnación de Manuela Sáenz”.
Nieto, de 48 años, permanece en ese lugar para tomarse fotografías con las personas que lo solicitan. Ella no cobra por hacerlo. Se indigna cuando algunas personas conocen a Manuela Sáenz como la amante de Simón Bolívar. “Ella ayudó a las tropas independentistas regalándoles ropa y armas para su defensa. También luchó en ellas”.
Nieto no solo se viste de ‘Manuelita’ para los relevos de la guardia presidencial. También la personifica en los homenajes públicos dedicados a los héroes de la Independencia.
Según el acto, utiliza distintas vestimentas inspiradas en los trajes que solía utilizar Manuela Sáenz. Nieto se mandó a hacer seis vestidos distintos con una modista. Los diseños se basaron en los modelos descritos en el libro ‘Manuela Sáenz: presencia y polémica en la historia’, de María Mogollón y Ximena Narváez y en fotografías de la heroína.
Nieto guarda sus trajes en su habitación, ubicada en un pequeño departamento, en el barrio La Recoleta, en el centro. Allí vive con sus padres. En su cuarto hay un retrato de Manuela Sáenz, con una peluca blanca y barba. “Así se disfrazaba”, relata.
La admiración de Nieto por ‘Manuelita’ nació en el 2000, cuando una colega le propuso hacer una tesis compartida sobre esta prócer. Estaban a punto de graduarse de la carrera de Sociología, que ambas cursaban en la Universidad Central.
“Mi director de tesis no aceptó el tema y decidí abandonar la casa de estudios”. Nieto nunca los volvió a retomar. Desde allí, ella se dedicó a investigar la historia de Manuela Sáenz, personificarla y realizar monólogos en teatros, museos y escuelas. Ella no trabaja en ninguna otra cosa.