El proyecto ambiental ‘Bosques Nativos’ es otra apuesta del Museo Interactivo de Ciencia. En 5 711 m2 de terreno se sembraron 33 especies distintas de plantas y árboles. Gabriela Arévalo, funcionaria del museo, informa que la mayoría de plantas proviene de viveros de Cumbayá y otras fueron donadas.
Los visitantes recorren un sendero flanqueado por la vegetación nativa. Señalética instalada a lo largo del mismo proporciona información detallada sobre cada una de las especies, como sus propiedades nutricionales y medicinales.La señalización es lúdica, pues la información está sobre cubos movibles. Los niños se divierten al darlos la vuelta.
El pasado viernes, estudiantes de la Escuela Joaquín Gallegos Lara recorrieron la nueva exposición. Shirley, Melissa, Iván, Alejandro y Enrique, de entre 7 y 8 años, leían con dificultad el nombre de algunas especies que no conocían. Tras ayudarles a pronunciarlos, Paola Toapanta, mediadora del museo, contaba algunas curiosidades de las plantas.
“Saben por qué le llaman a esa planta pumamaqui? Porque tiene forma de garras de puma”, explicaba. “¿Han escuchado hablar del guanto? Es alucinógena”. Algunos nombres, como el molle, un frutal, les causaba gracia.
Otras plantas resultaban más familiares para los niños. “Mi mamá usa el tilo para los nervios”, contaba Iván. “En mi casa hacen jugo de granadilla, me encanta”, decía Shirley. “A veces, como capulí con sal”, contaba Henry.
También les llamaba la atención la altura que pueden alcanzar los árboles. Por ejemplo, el sauce y el aguacate pueden medir hasta 20 m. El cedro, hasta 30.
Los colores llamativos de algunas flores también atrajeron a los niños, como el morado de la flor de mayo, el rosado de los aretes y el naranja intenso del mastuerzo.
El Museo Interactivo de Ciencia está abierto de miércoles a domingo, de 09:00 a 17:00. El costo de la entrada es de USD 3 para adultos, USD 2 para estudiantes y USD 1 para niños.