El busto de Francisco de Orellana, en el mirador de Guápulo, en el norte, ya no tiene las rayas blancas que lo manchaban. El césped sobre el cual se asienta está cortado y sin basura.
A su lado fue colocado un rótulo con información turística. Al frente, en la terraza, un letrero advierte que se realizan obras.
Desde el 1 de julio pasado empezó la rehabilitación del mirador y el local de Guápulo, que permanecieron abandonadas por cerca de dos años. Allí funcionaba un café-bar.
A mediados de junio, el Municipio de Quito firmó el contrato de adjudicación del arrendamiento del local, del mirador y del parque con María Sara Gabela. Ella ganó el concurso con su proyecto Mirador de Guápulo, Ocio y Cultura. En el proceso se presentaron cinco propuestas. Según Gabela, el contrato rige desde el 1 de julio y durará cinco años. A partir de la firma, tiene 90 días para realizar las adecuaciones y abrir el local. “A finales de septiembre inauguraremos el nuevo mirador”.
En las dos últimas semanas se realizó la impermeabilización del edificio. A causa de la humedad que afectaba al inmueble, la pintura y el cemento de las paredes están destruidos. También se retiraron los estucos del cielo raso para arreglar las conexiones eléctricas. Allí funcionará un café-restaurante, una sala de exhibición y venta de artesanías y un espacio bibliográfico. En los próximos días se ampliará la cocina y se tumbarán paredes. Se espera la aprobación del Cabildo.
El viernes pasado, Danilo Silva paseaba con su pequeño hijo Isaac por el parque y el mirador. Aunque aún no se arreglan los juegos infantiles, reconoce que el lugar tiene otra cara.
La Unidad Administrativa de Guápulo arreglará esta zona. Según Verónica Simbaña, responsable de la entidad, se cambiarán los juegos . También se reconstruirán las escalinatas. Hay un presupuesto de USD 25 000.