Un Quito en miniatura se exhibe en La Ronda

Esculturas de sitios históricos de Quito y reproducciones de obras pictóricas forman parte de la exposición ‘El arte que usted no conoce’, del escultor y joyero Luis Galarza.

La muestra, conformada por 19 piezas que combinan plata, cobre y bronce, estará abierta hasta el 22 de enero en la Casa de las Artes La Ronda, en el centro.

La minuciosidad en los detalles es la principal característica de las obras del artista quiteño, de 84 años. Elaboradas a mano, datan de los años sesenta y setenta.

Una escultura de la fachada de la iglesia de La Compañía reproduce con fidelidad sus columnas salomónicas y los arcángeles.

Si se mira de cerca la representación del Palacio de Carondelet, se distinguen sus escaleras y pequeñas campanas.

Galarza disfruta elaborar edificaciones patrimoniales quiteñas, al considerarlas únicas.

Una de las obras más apreciadas por el escultor es la reproducción de la pintura El árbol de la vida, del pintor Nelson Román.

Elaborada con plata pura y con una base de bronce, entre sus tupidas hojas, se observa a Adán y Eva en pleno acto amoroso. Debajo de ellos, se encuentran el diablo, un león y un tigre.

La escultura preferida de Gabriela Mejía, sobrina del artista, es La fiesta del pueblo. Sobre una base de piedra pómez, decenas de pequeñas figuras de 3 cm que representan a una banda de pueblo sostienen tambores, flautas y guitarras, casi imperceptibles.

Personajes representativos de la Colonia también conforman la exhibición. Todos están inspirados en pinturas del artista ecuatoriano Joaquín Pinto.

Entre estos se encuentran un aguatero, un chagra, una ‘guaricha’ (mujer que llevaba alimento a los soldados que combatían durante la Independencia), una vaca loca y una cargadora de alfalfa.

Para elaborarlos, Galarza utilizó fotografías de las obras del pintor del siglo XIX. También hay personajes actuales, como un niño que sostiene una cometa en el parque Itchimbía.

La particularidad de estas últimas piezas son sus partes movibles. “Por ejemplo, la cometa se mueve si tiene contacto con el viento, como si de verdad volara”, comenta el miniaturista.

Recuerdos de la niñez del escultor también han sido plasmados en sus obras. En una de ellas, una pareja de indígenas labra la tierra con la ayuda de dos bueyes. Esa escena era común en su infancia, cuando desde su hogar, ubicado en el sector de La Gasca, observaba el Pichincha.

El artista se inició en la joyería en su niñez, cuando junto a su hermano menor, también joyero, elaboraba anillos con la cáscara de los cocos que caían de los árboles de su escuela.

Trabajó durante 15 años en el taller Platerías Ecuatorianas, donde aprendió a cincelar y repujar metales. Posteriormente, perfeccionó su oficio de joyero, cuando, en 1975, emigró a Arizona, EE.UU., para trabajar con un pariente que también se dedica a esta profesión.

En 1982, regresó al Ecuador e instaló su taller, donde elabora joyas de metal con piedras preciosas. En su tiempo libre, se dedica a la escultura.

La exposición está abierta de martes a jueves, de 09:30 a 19:00; los viernes y sábados, de 09:30 a 22:00, y los domingos, de 09:30 a 15:00.

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