Atrás quedaron las pasiones y las emociones propias de una contienda electoral. Con los resultados por oficializarse, pero que encaminan a Mauricio Rodas como ganador de la Alcaldía de Quito, no queda más que seguir adelante. No queda de otra. El bienestar, la calidad de vida y las oportunidades de los quiteños deben ser la prioridad. Son 2,2 millones de habitantes que, aproximadamente, tiene el Distrito.
Un buen paso es el anuncio hecho por el actual alcalde, Augusto Barrera, de un acercamiento para definir un proceso de transición. Hay fecha de inicio para esto: el próximo 5 de marzo.
Es una buena señal. Es un buen indicio de que las cosas en la Municipalidad se quieren dejar bien y en orden. Es de esperar que ese espíritu se traslade a todos y a cada uno de los 21 integrantes del Concejo Metropolitano.
Por más de una ocasión, Barrera y Rodas han mencionado que la prioridad es la ciudad. Ese es el reto. Las especulaciones que hablan de trabas en la gestión del próximo Alcalde no deben pasar de eso. De lado y lado, se han anunciado formas diferentes de hacer política. Esta es la oportunidad de demostrarlo.
Rodas, incluso, ha ido más allá al mencionar que si debe cruzar la Plaza Grande para ir al Palacio de Carondelet, lo hará sin problema. Que es partidario del diálogo.
Sin duda, esto es lo que debería primar en la gestión de los ediles. Algunos que llegarán de Alianza País son o han sido cabezas de importantes dependencias municipales. Son funcionarios que saben lo importante que es recibir el apoyo del Concejo, a través de las ordenanzas que apruebe o de las decisiones que tome.
Este debe ser el punto de partida para que, con la mayoría que se forme, comiencen los diálogos para que en la primera sesión no haya sorpresas y, por qué no decirlo, malos ratos para la ciudad y el Distrito Metropolitano.
Faltan pocos días para que se conozcan los resultados oficiales que definirán la composición de este cuerpo colegiado.