Junto a mi socia, María Eugenia Luna, tratamos de ser irreverentes y buscar nuevos diseños y tácticas para atacar a nuestro nicho de mercado (de 25 a 35 años).
Para que la Casa 1028 crezca usamos la creatividad como estrategia de juego. Al promocionar objetos decorativos tenemos presente la funcionalidad de cada uno.
Mi mayor contrincante siempre es la copia, para superarla se deben modificar los productos e incluso sacarlos de la colección e iniciar con un nuevo diseño.
Para el 2012, mi gol es distribuir el producto en todo Quito y luego el resto del país. Además, que es una forma de expandir los valores culturales y folclóricos de un pueblo objetos inspirados en esta leyenda.