El aroma de los inciensos se confunde con el olor del ajo, la cebolla, los mariscos… Son las 10:10 del viernes y en los pasillos del mercado San Roque las vendedoras gritan: “¡Aguita de linaza, horchata…!”. Cerca de los puestos donde se venden frutas, verduras y cárnicos hay basura.
Por las estrechas calles circulan coches con ollas de arroz y jugos. La feria está desorganizada. Junto a un puesto de carne de res se venden quintales de papas. Los comerciantes instalan puestos sobre las veredas. Los productos para la venta están en el piso. Hay más de un centenar de vendedores ambulantes.
Las calles Ambato, Cumandá, Túpac Yupanqui, Cantuña y Loja son intransitables. En esta última vía, hasta los peatones tienen problemas para caminar debido a que los puestos de ventas se ubican sobre la calzada.
Ramón Pillajo, vendedor de papas desde hace cuatro años, se lamenta por sus condiciones de trabajo. “Reconocemos que hay basura y desorden. Las administraciones no controlaron y ahora hay desorganización”.
El viernes los comerciantes se agruparon y reconocieron que las condiciones en las que venden son pésimas. Pero hay desacuerdos. En esta plaza, donde venden comerciantes minoristas y mayoristas desde hace 28 años, existen 21 asociaciones.
Manuel Chiriboga, administrador de San Roque, dijo que hay vendedoras que no cumplen las órdenes de limpieza y se niegan a una reubicación. Por ejemplo, en el ingreso al parqueadero se ven 10 latas con cerdos preparados. El producto se vende a la intemperie. A tres metros de ese sitio hay puestos donde se comercializan quintales de choclos a USD 18.
En el interior del mercado hay locales con las puertas cerradas. En cambio, en las calles los vendedores se amontonan. Chiriboga aseguró que el plan para mejorar el lugar y las condiciones de 2 720 comerciantes está en marcha. Aunque los fines de semana hay alrededor de 4 000 vendedores de productos.
La Comisión de Comercialización del Concejo Metropolitano catalogó al mercado San Roque en una situación crítica por la inseguridad, la falta de aseo y el desorden en las calles.
En el informe de la Comisión también se detalló que en la ciudad hay 53 mercados en el Distrito. Además, existen tres ferias que no están regularizadas: la Gatazo, al sur; La Ofelia, en el norte; y La Marín, en el centro.
Eddy Sánchez, concejal y presidente de la Comisión, hizo una evaluación en la cual se detectó que todos los mercados necesitan ser intervenidos. “San Roque y Chiriyacu son plazas que necesitan planes urgentes. Son sitios que deberían ser declarados en emergencia”.
El Municipio y la Dirección de Comercialización realizan mesas de diálogo con las 131 asociaciones que están registradas. En el informe, además, se planteó mejorar los mercados en orden e infraestructura para atraer a los clientes.
Ramón Pillajo, comerciante, cree que cada vez las ventas bajan porque cerca de cada mercado se instalan grandes cadenas como Santa María, Aki, Tía y Mi Comisariato. “La competencia es leal. Tenemos que mejorar, en caso contrario seguiremos perdiendo clientes y plata”.
Amalia Panimboza, ama de casa, asidua cliente del mercado de La Ofelia, contó que prefiere adquirir sus compras en la feria libre porque el costo de los productos es más económico.
En la capital no hay un estudio de cuántas cadenas están cerca de los mercados. La Dirección de Comercialización presupuestó USD 10 millones para invertir en el Plan Maestro de Comercialización.