La aplicación del pico y placa fue la noticia que motivó a Juliana Castillo a dejar su auto en casa para transportarse en bicicleta.Ella tiene un carro con placa terminada en 8. El primer día que su auto tuvo restricción para circular llegó a su trabajo en bus. Ese día, ella se ahorró cerca de 30 minutos de viaje entre la av. Del Maestro y El Batán. “Antes del pico y placa me demoraba en llegar hasta una hora”.
El problema para movilizarse a su oficina es que no hay líneas de buses que crucen la ciudad en sentido oriente-occidente y viceversa. “Tenía que coger hasta dos buses y luego caminar”.
Por eso, el día que su auto tiene restricción, Castillo decidió reemplazarlo por una bicicleta.
Desde la semana pasada, ella sale de su casa en su nueva bicicleta Tacuri. Dice que la vía más complicada es la 10 de Agosto, por la cantidad de carros. Allí no existe una ruta exclusiva para los ciclistas. En algunos tramos, Castillo pedalea por la calle y en otros, por la acera. “Hay algunos conductores que no respetan a los ciclistas”.
Lo mismo opina Gibrán Núñez. Desde hace seis meses, él también cambió su carro por una bicicleta. Núñez asegura que no se sintió obligado a utilizar ese medio de transporte cuando empezó el pico y placa.
Lo que sí notó el ciclista fue que había menos carros en las vías. Circula con más facilidad.
Frank Fuentes, de la promotora de ciclismo El Rey, utiliza frecuentemente las ciclovías de La Mariscal. En las dos últimas semanas, Fuentes asegura que se ha encontrado con más ciclistas que antes de la restricción.
Diego Puente, de Ciclópolis, explica que desde el inicio de la medida el número de ciclistas en las calles aumentó en los días ordinarios. Un conteo realizado por esta organización registró un promedio de 170 ciclistas en los primeros días de restricción en las ciclovías del norte. Esto, según Puente, representó un incremento del 4% con relación a los días anteriores a la medida.
Él dice que la restricción es una oportunidad para replantear los hábitos de movilidad en la ciudad e incluir a la bicicleta como un medio alternativo.
En su opinión, para garantizar una movilidad segura hace falta mejorar la infraestructura vial, generar una cultura de convivencia entre los ciudadanos y mejorar el control.
Fuentes cuenta que a diario se encuentra con autos estacionados en la vía exclusiva de los ciclistas. “Las autoridades no muestran mucho interés en hacer respetar los derechos de los ciclistas en las calles”.
A Castillo también le ha tocado escuchar los estridentes pitos de los conductores cuando circula por la vía. Por eso, ella planificó una ruta que la conduce por las calles menos transitadas.
Juan Zapata, vocero de la Policía, asegura que una de las obligaciones de los uniformados es garantizar la seguridad de los grupos más vulnerables, como los ciclistas y los peatones.
El oficial informa que el control se dificulta por la falta de un reglamento específico para los ciclistas. “En los próximos días se reforzará el control en las ciclovías, en toda la ciudad”.
Pese a los riesgos, Castillo no dejará de pedalear hasta su trabajo, aunque su carro no tenga restricción. “Los ciclistas tenemos que ganarnos nuestro propio espacio en las calles”.
Una oportunidad de trabajo para los ciclistas
La entrega de encomiendas y el pago de servicios básicos y otros trámites durante los horarios de restricción no son un inconveniente para los mensajeros de Bicijue.
A bordo de sus bicicletas, ellos ofrecen el servicio de bicimensajería en toda la ciudad, entre la av. Del Maestro, en el norte, y la av. Ajaví, en el sur de la urbe.
El servicio se inició en marzo y actualmente los tres bicimensajeros realizan un promedio de 30 trámites cada día.
Guillermo Rivadeneira, director de operaciones, explicó que los mensajeros circulan a una velocidad promedio de 16 km/h, lo que garantiza tiempos exactos de entrega. El costo del servicio, según el peso y la distancia, está entre los USD 2 y USD 3,50.
Desde el inicio de la medida restrictiva, Rivadeneira aseguró que las condiciones de movilidad de los mensajeros también mejoraron por la reducción de autos en las vías y de la contaminación ambiental.
Uno de los problemas es la falta de infraestructura vial y espacios de estacionamiento para los ciclistas. El incremento de la velocidad de circulación de los autos también es un riesgo.