En la calle Cristóbal Sandoval y av. De la Prensa, en el norte, la casa de Zoila Durán está en venta desde hace un año. No hay un letrero, solo lo publicita entre sus conocidos. Por el inmueble de dos pisos pide USD 90 000. Desde que conoció del traslado del aeropuerto a Tababela prefiere esperar, cree que el valor podría subir.
Desde hace dos meses Patricia Gordillo, asesora inmobiliaria de Inmoconsul, busca un departamento para comprar por el sector del aeropuerto.
Para su sorpresa, la oferta disminuyó. Para ella, los propietarios prefieren esperar hasta que cesen las operaciones del Mariscal Sucre. El posible incremento en la plusvalía es la principal razón.
Gordillo explica que con la salida del aeropuerto se podrá construir hacia arriba, lo cual coincide con la proyección de un crecimiento vertical de la ciudad. El año pasado, el Concejo Metropolitano aprobó una Ordenanza que prohíbe la creación de más barrios, con el fin de impulsar las construcciones hacia arriba.
Actualmente, en las zonas aledañas al Mariscal Sucre el límite de las construcciones es de cuatro pisos. Según Alberto Andino, presidente del Colegio de Arquitectos de Pichincha, en el sector se podrán construir edificios hasta de 40 pisos. Pues el parque proyectado en la actual terminal justifica construcciones de ese tipo.
Otra ventaja del sector, recalca Gordillo, es que está dentro de la ciudad y goza de todos los servicios. Allí estará una de las estaciones de la línea 1 del metro, lo cual le da un valor agregado.
“Por estas razones, el costo de los terrenos han tenido un incremento constante, desde la década de los ochenta hasta la fecha ha subido en un 200%”, asegura Gordillo. Actualmente, el precio del metro cuadrado construido está entre USD 160 y USD 600.
El Colegio de Arquitectos de Pichincha calcula que en los alrededores del aeropuerto, desde la av. Occidental hasta la av. 10 de Agosto y desde El Labrador hasta el barrio Rumiñahui, hay 140 hectáreas donde se pueden promover construcciones hacia arriba.
Ese crecimiento en altura generaría, por lo menos, 2 500 000 m² de construcción, es decir, unas 25 000 viviendas.
Andino advierte que por esta causa habrá especulación en los costos de los predios.
Si hoy una casa de 300 m² cuesta USD 200 000, con la salida del aeropuerto el valor puede incrementarse considerablemente.
Por eso exhorta al Municipio a que planifique un mecanismo para controlar la especulación.
La propuesta del Colegio de Arquitectos es que se convoque a un concurso público internacional para planificar el desarrollo urbano de la zona.
El propósito es que no ocurra lo mismo que en las avs. República de El Salvador y González Suárez, en donde en terrenos de 300 m², destinados para casas se construyeron pastillas de edificios.
El movimiento comercial también se verá afectado en los alrededores del aeropuerto. Algunos dueños ya sienten una disminución en sus ventas y clientes.
Fernando Andrade, propietario del Hostal Puerto Aéreo, ubicado en la av. Amazonas, ha decidido cerrar su negocio luego que la terminal se traslade a Tababela.
Él recuerda que en el año 1999, cuando se cerró durante una semana por la caída de ceniza del volcán Guagua Pichincha, no tuvo ni un huésped.
La hostal, de tres pisos, tiene nueve habitaciones. Andrade vaticina que permanecerán vacías sin el aeropuerto como vecino.
Jaime Mendoza, de JM Rent a Car, tiene su local desde hace cuatro años. Para él, estar junto a la terminal es estratégico, antes tuvo su local por Tumbaco y cerró por falta de clientes. Desde que está en la av. Amazonas alquila hasta 16 carros por día. El 90% de sus clientes fijos es de viajeros.
Cree que sin la terminal, su negocio se afectará.
María Vergara es propietaria de la tienda Eco Market, instalada hace cinco años en la calle Juan Holguín. Vende USD 400 al día. Ella está resignada a buscar otro sitio para reubicar su tienda.
Kelly Leaje, de Team Rent a Car, empresa que está 12 años frente al aeropuerto, buscará espacio en Tababela porque el 80% de sus reservaciones la hacen extranjeros. Estos negocios están vinculados al movimiento aeroportuario.
La revalorización
Según el Colegio de Arquitectos, cada año un predio debe revalorizarse hasta en un 10% sin caer en especulación. Caso contrario se consideraría una estafa pública penada por la Ley.
En el Distrito Metropolitano hay 768 825 predios catastrados.
En el sector del aeropuerto, los barrios aledaños son El Rosario, La Rumiñahui, La Kennedy,
La Luz, El Inca, Unión Nacional, El Pinar Bajo y La Concepción.