Dentro del arte musical, la libertad está en expresar la individualidad y la creatividad dando todo de uno mismo, sin importar el lugar, las condiciones y los problemas.
Esta libertad debe ser vivida con responsabilidad y con alegría. La capacidad de transmitir un mensaje, emociones, sentimientos y belleza, a través de un instrumento, de un ensamble o de una obra representa un compromiso especial con la audiencia. También una bendición única, convirtiéndose en un acto especial de amor humano.
Tanto en la vida cotidiana como en la profesional, la coherencia de un artista con los principios propios, así como la expresión y la defensa de ellos, debe ser una constante y un compromiso fundamental, permitiendo que la libertad individual y colectiva sea siempre respetada.
La vida es una lucha diaria por la libertad. Es una batalla que vale la pena librar, porque busca el beneficio de todos. La única libertad que uno puede realmente profesar es la libertad de pensamiento y de sentimiento.