La procesión de Jesús del Gran Poder tiene una faceta juvenil. En este evento religioso, que se realiza desde 1961 en San Francisco, participan también personas de entre 15 y 24 años. Colaboran en la organización, hacen penitencias. Ayer, incluso, cargaron sobre sus hombros las andas de un apóstol que los representa: San Juan.
Álvaro Criollo, hermano franciscano, estima que de los 2 000 penitentes que participan en la procesión, un 30% (600) tiene ese rango de edad.
Los jóvenes involucrados en este evento no aprovecharon el Viernes Santo para descansar o pasar con la familia. Al contrario, ayer, su jornada empezó más temprano.
Alejandra Panchi, de 24 años, se despertó a las 04:30. Tenía que llegar a San Francisco para colaborar en la entrega de los trajes de los cucuruchos.
En una de las aulas del Colegio San Andrés, junto a otra compañera, Andrea Caiza, de 17, revisaba el comprobante de inscripción y conservaba la cédula de identidad y USD 20 como prenda. Si bien el trabajo era ajetreado y repetitivo a Panchi -que colocaba el documento y dinero en una funda enumerada e iba corriendo en busca del atuendo- la tarea le resultaba gratificante.
Para esta estudiante de Derecho participar en la organización de este evento religioso le permite ayudar. Por eso, desde hace tres años realiza esta tarea junto con los integrantes del grupo juvenil Luz de Esperanza. Son 20 personas que junto con la comunidad franciscana y el culto Jesús del Gran Poder entregan 800 trajes.
Entre las personas que se cubren con una bata morada y un bonete hay también rostros jóvenes. Se los pudo distinguir mientras se alistaban para realizar la procesión.
Francisco Calderón, de 20 años, estaba sentado en el piso. Sobre sus piernas sostenía un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús. Era la tercera ocasión consecutiva que participaba, por eso estaba preparado.
Llegó al patio del plantel a las 07:00. En un pequeño bolso de tela tenía un libro de oración, dos gaseosas y una botella de agua. Ese sería su único alimento hasta las 16:00, que tenía previsto terminar la caminata.
A pesar de esto, Calderón estaba motivado. Recorrer las calles del Centro Histórico bajo el sol del mediodía y rezar le permitiría experimentar de cerca la Pasión de Cristo.
Otros penitentes jóvenes, como Danilo Cachipud, de 20 años, participaron en la procesión en busca de un favor. Para alcanzarlo hizo un sacrificio.
El traje de cucurucho lo utilizó para cubrir solo la mitad de su cuerpo. Sobre su espalda desnuda puso una cruz hecha con un cactus. No usó zapatos.
“Soy devoto de Jesús del Gran Poder y quiero que me cumpla un milagro”.
Los milagros, favores, agradecimiento e incluso pedir una especie de orientación son parte de las motivaciones de este grupo de creyentes.
Bryan Frías, de 17 años, cargó sobre sus hombros, junto con otros compañeros del Colegio San Andrés, las andas en donde se trasladó al santo protector de la juventud: San Juan. Era la primera vez que esta escultura de madera, que pesa más de 200 lb, era llevada en este solio. Pero él hizo un esfuerzo.
La incertidumbre sobre qué carrera estudiar en la universidad le motivaba a seguir. Su rostro se ponía rojo cada vez que levantaba la estructura. A medida que avanzaba el sudor corría por toda su frente.
En esta labor participaron 90 estudiantes del San Andrés. Ellos se turnaban para evitar la fatiga. Un grupo de 15 policías nacionales también los apoyó. En la bajada de la Bolívar y la cuesta de la Vargas los uniformados tomaron la posta. Ambas calles son consideradas como los tramos más duros.
La figura de San Juan, que participa en la procesión junto con la Virgen de los Dolores y Jesús del Gran Poder, es relativamente nueva. Carlos Quinteros, docente del plantel, mencionó que esta fue incorporada hace tres años. Antes se la transportaba en un vehículo.
El solio que usaron para llevar ayer la imagen fue adquirido este año en San Antonio de Ibarra, en Imbabura.
Esta, a diferencia de las andas en las que se trasladan las otras figuras, no tiene sistema de dirección ni de frenos. La única fuerza que mueve a este santo es la de los jóvenes estudiantes.
En contexto
La procesión de Jesús del Gran Poder, que se realiza cada Viernes Santo en San Francisco, convoca a creyentes de todas las edades. Niños, jóvenes y adultos recorren las calles del Centro Histórico. Con este evento se recuerda el Vía Crucis que hizo Jesucristo.