Una calle adoquinada, entre montañas de parajes verdes, fue la improvisada pasarela para que 10 comparsas, cuatro carros alegóricos y 15 caballos desfilen. La espuma de carnaval y la harina fueron ingredientes para dar alegría al Carnaval del Quinde, en Nono, al noroccidente de Quito.
Santiago Enríquez, presidente de la Junta de Nono, dijo que la organización tomó tres semanas. Aunque el repaso de algunas coreografías fue de más de seis meses. Ese fue el caso de la familia Bileño Moreta. Ellos participaron con una danza, presentada en la tribuna principal a ritmo de pasillo. El último mes repasaban tres horas diarias.
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Amparito Ayala es vecina del sector y aplaudió la gestión de la Junta Parroquial. “Nuestro representante es joven, pero estuvo pendiente de la organización”.
El comercio informal también ‘desfiló’ con la comparsa. Silvia Jácome, con una canasta de plástico en mano, se paseaba entre los danzantes. Ella vendía espuma de carnaval a USD 1, USD 1,50 y USD 2. “El negocio está bueno”. La presentación de los chagras, en sus caballos, fue la más ovacionada. Los animales se paraban en dos patas y los niños presentes se asombraron de las habilidades de los jinetes.
En la noche, Nono escogió a su Reina. El acto se celebró con un concierto con artistas invitados.