En las áridas cumbres que rodean al valle de Guayllabamba, se distingue un camino, que va en dirección a Tababela, lugar donde se construye el nuevo aeropuerto de la capital. Es el trazado de la Collas-Tababela, la vía directa a la nueva terminal aérea. Desde un helicóptero también se observa un puente provisional sobre el río Guayllabamba, por allí el tránsito de volquetas y tractores era permanente en la mañana del pasado jueves.
La ruta tendrá 9 km de extensión y 22,6 metros de ancho, divididos en cuatro carriles. Actualmente se realizan los trabajos de remoción de tierras. El costo de la obra está calculado en USD 110 millones y concluirá a finales del 2013, es decir, 12 meses después de que empiece a operar el nuevo aeropuerto.
Para afrontar los impactos en el tránsito hacia Tababela que pudiera generar la falta de esta vía, se aceleran los trabajos en dos rutas que ayudarán a conectar a Quito con la nueva terminal. Según el alcalde Augusto Barrera, la repotenciación de vía Interoceánica, que atraviesa los valles de Cumbayá, Tumbaco y Puembo estará lista hasta octubre.
En esta ruta se construyen intercambiadores en el antiguo redondel de Las Banistas, en Auqui-La Primavera y en el sector de El Nacional. Además, se ejecutan reformas geométricas en sectores donde usualmente se registran embotellamientos y se eliminarán los giros a la izquierda para evitar que la circulación se detenga en algunos tramos.
El Municipio calcula que con el funcionamiento del nuevo aeropuerto, unos 6 000 vehículos más circularán por esta vía. Uno de los retos es mantener el flujo constante en el puente sobre el río Chiche. Ya se tomaron algunas medidas, la prohibición de ventas ambulantes y de los deportes de alto riesgo como el canopy. Además, se cambiarán los actuales reductores de tránsito por otros más pequenos de plástico, para evitar las paradas completas.
Guillermo Carrasco Valdivieso, quien es el coordinador de unos 3000 representantes de las comunidades de Tumbaco, cumbayá, Puembo y Pifo, cree que esas medidas que se han tomado en el puente sobre el río Chiche no son suficientes. En su opinión, se lo debe declarar en emergencia y construir otro puente paralelo. “Actualmente, por ahí circulan 50 000 vehículos y la infraestructura ya es insuficiente. Ese puente es un embudo para el tránsito vehicular”.
El dirigente explica que el embotellamiento es impresionante cuando se bloquea un carril, por accidentes, derrumbes u obras. “El 1 de mayo pasado se cerró el puente por la tala de árboles que había en talud, calculamos que unas 10 000 personas tuvieron que cruzar caminando. Cuatro días después, un accidente de tránsito generó una fila de carros que alcanzó los 4 km en el lado oriental”.
Para el Alcalde de la construcción de otro puente provisional sobre el Chiche es innecesaria, porque en el trazado de la Ruta Viva, cuya primera fase se estima que empiece en las próximas semanas, consta un puente de 330 metros de largo y de seis carriles. ‘’El transporte pesado no va a circular por el puente sobre el río Chiche. Ese tipo de vehículos utilizará la E35”.
Precisamente, la ampliación a seis carriles de la E35, entre Pifo y Tababela está previsto que concluya hasta octubre. Desde Pifo hasta el intercambiador de Santa Rosa (ingreso sur a Quito) se ejecutarán trabajos de repavimentación.
De esta manera, si se cumplen con los cronogramas establecidos, para la inauguración del aeropuerto de Tababela, los usuarios contarán con la repotenciación de la vía Interoceánica y con el mejoramiento de la E35. La Collas-Tababela y la Ruta Viva estarán para el 2013 y el 2014, respectivamente.
Las inversiones
La construcción de la Ruta Viva, por un costo de USD 150 millones, aproximadamente, es financiada con un préstamo de la CAF. Ese organismo ya dio el visto bueno para el proceso contractual.
La construcción de la Collas-Tababela y el mejoramiento del la E35 están a cargo del Gobierno Nacional. El Municipio calcula que el Gobierno invertirá USD 350 millones en las vías al aeropuerto.